Dentro de las izquierdas resulta común reprochar a los anarquistas su utopismo y su falta de sentido práctico. Aferrados a la Idea, como se decía en el siglo XIX, y sus difíciles condiciones de aplicación (abolición del Estado y rechazo de cualquier colaboración con sus instituciones, descentralización local y negación de la representación política, replanteamiento radical de todas las relaciones de poder), pareciera que los libertarios están condenados a la eterna frustración. (más…)