Móstoles

Plano psicogeográfico de Móstoles, que es un sí lugar (Versión 1-2021)

Resumen, en forma de plano, del capítulo «Móstoles es un sí lugar», que estará incluido en un libro sobre geografía poética y bulimia turística que estaré ultimando este verano.

Aquí el plano en pdf, y un poco más abajo la introducción del capítulo:

Móstoles: reivindicación de un sí lugar

En 1988, a la edad de cuatro años, vine a vivir a Móstoles. Una ciudad de la conurbación madrileña, que por aquel entonces superaba los 180.000 habitantes, y que ya despuntaba como una realidad social de la que hoy es un ejemplo paradigmático: un barrio obrero en un mundo posobrero. Con renta por debajo y desempleo por encima de la media regional. Pero sin industria nacional. Sin movimientos sindicales y vecinales fuertes. Sin conciencia de clase masiva. Huérfanos de gran mito. Esto es, sin socialismo en el horizonte como proyecto de futuro en marcha hacia el que apuntar ilusiones y esfuerzos.

El antropólogo Marc Augé acuñó un concepto con mucho éxito en el análisis crítico, especialmente entre arquitectos, urbanistas y artistas: el no lugar. Espacios de anonimato, como reza el subtítulo del libro en el que lo trabajó, que proliferan cada vez más en nuestras vidas, y se definen por ser sitios diseñados por y para el tránsito. Donde prima el flujo de personas y mercancías, y no hay condiciones de estabilidad para que eche raíces una identidad antropológica. Autopistas, salas de espera en aeropuertos o supermercados son ejemplos de este suelo cultural impermeable, que no admite ninguna forma de arraigo[i].

En algunos discursos un poco recargados la idea de no lugar se ha ido estirando para dar cabida a realidades mucho más amplias que aquellas que Augé dio cuenta. Así un sitio como Móstoles casi entraría en la categoría de los no lugares. Móstoles no sería una ciudad, sino una suma de camas asequibles para sueldos medio-bajos suficientemente cerca de Madrid. ¿Su efecto? Una geografía urbana tan precocinada, tan repetitiva, tan plana y antropológicamente tan estéril como la de los no lugares.

Los ejemplos de este abuso conceptual abundan. Miguel Amorós afirmaba en su artículo Alcorcón como pretexto que las antiguas ciudades del cinturón obrero se habían vuelto una especie de lugares sin memoria, sin vida social, culturalmente anómicos, sin identidad: “estas ciudades se acabaron convirtiendo en grises aglomeraciones donde los individuos sepultan sus deseos por la tarde y cambian sus sueños por pesadillas”[ii].

Es evidente que, siendo rigurosos, se trata de una interpretación muy forzada, porque por definición en los no lugares ni se mantienen relaciones duraderas, ni hay vínculos sociales estables, ni sentido de pertenencia alguno. En los no lugares ni siquiera se duerme, y Móstoles es habitual considerarla una ciudad dormitorio. El pasillo, que va de un sitio a otro, es como dice Santi Alba Rico, la forma espacial predilecta del capitalismo y el no lugar ideal por excelencia. Móstoles será muchas cosas, pero no es un pasillo. Sin embargo, esta analogía con el pasillo sí es más exacta en una acepción muy significativa, que además puede tener cierta correspondencia con la realidad de muchos comportamientos sociales, tanto por parte de los mostoleños y mostoleñas como por parte del papel que ocupa un sitio como Móstoles en los imaginarios de quién no vive aquí: entenderlo como un espacio de tránsito biográfico. Un pasillo vital que, si se hacen las cosas bien, desemboca en un ascensor social que lleva a otra parte. Generalmente, a alguna planta sociológica superior para clases medias, bien en Madrid Centro para el caso de las clases medias creativas o en urbanizaciones de chalets del nuevo cinturón verde que rodea la capital para las clases medias funcionales[iii]. Solo habita Móstoles quién no le queda más remedio. Pero quién puede, está de paso. Y escapa lo antes posible a un sitio mejor.

32 años después de llegar, y aun habiendo podido escapar, muchas y muchos seguimos aquí. Extrañamente enamorados de un sitio que a todos nos tocó por azar. Misteriosamente orgullosos de una ciudad que aparentemente no ofrece motivos para ello. El éxito de la línea underground de camisetas de los Vampire Warriors, en la que la frase Mi barrio or die va estampada junto al nombre de ciudades como Móstoles, Fuenlabrada, o Alcorcón, es una muestra interesante del poder de pertenencia de estas patrias chicas.

Huérfanos Salvajes, extravagante colectivo mostoleño de la primera década de los 2000, sintiéndose aludidos por el texto de Amorós antes referido, contestó con una breve nota de cinco palabras que decía simplemente: “señor Amorós, todavía estamos vivos”. Con perspectiva, me atrevería a decir más: visto lo visto, defiendo que estamos especialmente vivos. Lo que no es incompatible con reconocer que estamos también especialmente jodidos y puteados. Entre la espada de los altos niveles de paro y la pared de unos trabajos precarios donde nos jugamos la vida en el plano físico y mental. Jodidas y puteadas por los precios cada vez más disparatados e inasumibles de los alquileres. Por letras hipotecarias que se ponen cuesta arriba con cada turbulencia económica, cada vez más frecuentes. Por los días tan largos, tan lejos de casa, con cientos de horas de vida perdidas en transportes hacinados, y llegar sin fuerzas ni para hacer el amor. Por la boina de contaminación que arroja Madrid sobre sus bordes, en una suerte de transacción diabólica: los minutos que ganamos al día con un coche para no morir de pena, los perdemos en minutos de vida futura en forma de tumores, asma, enfermedades respiratorias, en horas en urgencias con nuestros niños aquejados de ataques de bronquitis y alergias.

Jodidos y puteadas también por un ayuntamiento que las fuerzas del municipalismo no supimos transformar de raíz cuando estuvimos en él. Y que hoy vuelve a cultivar con ahínco el nepotismo de camarilla, y ese estilo de mafia chabacana tan propia de los años noventa, pretendiendo gobernar Móstoles como si el 15M no hubiera existido nunca. Jodidas y puteados por una Comunidad de Madrid donde la mafia lleva en el poder casi un cuarto de siglo, haciendo de Madrid un laboratorio de neoliberalismo extremo. Cada exención fiscal a los ricos, cada reforma de la ley del suelo, cada recorte de la sanidad pública, aplica una nueva incisión sobre un cuerpo social sometido a una cruenta vivisección sin anestesia.

A pesar de todo ello, Móstoles es un sí lugar que merece la pena ser reivindicado. Y no solo para darnos un homenaje de amor propio, y que todos los momentos maravillosos que aquí han sucedido, y todavía suceden, no se pierdan como lágrimas en la lluvia, que diría el replicante Roy Batty de Blade Runner. En el puñetazo sobre la mesa de la identidad herida, en la jactancia tribal a pesar de la desventaja, la fealdad y los defectos, en la emoción de gritar en un pogo a viva voz con los Non Servium que “lucharemos por defender la independencia de la bandera mostoleña”, en todas estas cosas concretas que pasan también en muchas otras ciudades y que necesitan millones de libros como este, cada uno ajustado al tono específico de su belleza y su miseria local, está una de las claves de la batalla política que marcará el siglo XXI. Y con ella algo tan impensable como el destino de la especie. El mundo entero está lleno de miles de Móstoles con otros nombres. Miles de geografías que el capitalismo tiende a reducir a no lugares. El Planeta Móstoles solo evitará el desastre ecológico y climático si estos supuestos no lugares que lo pueblan empiezan a federar entre ellos, con generosidad y respeto mutuo, la poesía cotidiana de un hermoso Sí. Contra la bulimia turística que acelera la destrucción de ecosistemas, culturas, ciudades y pueblos, la felicidad de km. 0. Contra la hiperinflación mercantil del deseo, que termina desembocando en el crimen, eso que siempre decía el poeta quebequense Roland Guiguère: lo maravilloso fácil[iv].


[i] Marc Auge (1993) Los no lugares. Espacios de anonimato. Barcelona: Gedisa.

[ii] Miguel Amorós (2007) Alcorcón como pretexto. En línea. Disponible en: https://madrid.lahaine.org/alcorcon_como_pretexto

[iii] «La periferia de Madrid estrena cinturón: Vox se impone en los márgenes de la comunidad» El Diario.es 17 de noviembre de 2019. Disponible en: https://www.eldiario.es/madrid/vox-pinta-cinturon-perifericas-madrid_1_1257476.html

[iv] Roland Guiguère «Ante lo fatal», en Aldo Pellegrini (2006) Antologúa de la poesía surrealista. Buenos Aires: Argonauta, pág.286.

SERÁ UNA VEZ MÓSTOLES 2030

SERÁ UNA VEZ Móstoles 2030 

El Instituto de Transición Rompe el Círculo, junto con diversos colaboradores y cómplices del Movimiento en Transición mostoleño, lleva más de tres años intentando impulsar un imaginario utópico decrecentista. En este fanzine, que se puede descargar libremente, está contenido un resumen esencial de estos años de trabajo. El objetivo es  llenar uno de los vacíos más peligrosos para el movimiento ecologista: la inexistencia de proyecciones de futuro más deseables que el presente y, al mismo tiempo, más pobres en términos de consumo de energía y materiales.  Mi artículo Un William Weston de Le Monde en el ecosocialismo ibérico se enmarca dentro de este proyecto.

Me ha parecido oportuno y necesario ceder un espacio en el blog como archivo completo de los materiales generados a día de hoy. Se trata de frutos de una dinámica colectiva. En un futuro próximo este juego se abrirá a una participación mucho más amplia y no necesariamente centrada en Móstoles. Estén atentos y atentas.

Como se trata de un post necesariamente muy largo, expongo primero una suerte de índice panorámico de sus contenidos.

Emilio Santiago Muíño.

1-La lujosa pobreza

2-Dinámicas de visualización utópica e imaginación visionaria

3-La acción poética

  • 3.1 Comunicado público de la acción poética del 17 de junio de 2016.
  • 3.2 El bando de la Comuna Municipal
  • 3.3 Los horarios de colegios e institutos públicos
  • 3.4 El Museo (al aire libre) de los horrores antiguos
  • 3.5 I+D+i 2030
  • 3.6 Nuevos nombres de calles, plazas y parques (ejemplos)
  • 3.7 Nuevos establecimientos comerciales en transición
  • 3.8 Promesas de una vida que nos es debida
  • 3.9 “Sabotajes agroecológicos”

4- El Móstoles del 2030 (exposición-imaginario colectivo en construcción)

  • 4.1 El plano de la Comuna de Móstoles 2030
  • 4.2 La ciudad en 2030: la población en 2030; la energía en 2030; la movilidad en 2030; los residuos en 2030; la vivienda en 2030; la Red de Huertos Urbanos Agroecológicos; el bosque oriental del Regordoño y los procesos de naturación urbana; el Instituto Local del Buen Vivir (ILBV); el nuevo parque de los Planetas; la diana de la ira común (antiguo edificio de la mujer); ríos y cauces recuperados, lagos fluviales en la ciudad densa; las semillas de la transición; el hamacódromo popular (en el Soto); el cementerio de los relojes
  • 4.3 Línea del Tiempo: nacional y local.
  • 4.4 La selvática sociedad civil de 2030: la transición como revolución cultural; vacas vs. Velocirraptors; nuevos colectivos, modas, asociaciones y sectas: ordenes mendicantes laicas, dandis descalzos, anarconeandertales, frente carbón cero, masajistas eroticofestivos, deportistas de fuego, cartógrafos imaginarios, secta de adoradores de los sueños, exploradores psicogeográficos, astrónomos populares, brujas, gaianos, supervivencialistas, fans de los montes Urales, ajedrecistas nihilistas, bossanovers, las chicas elektro-swing, los desconectados, el erotismo unitario, guerrilla Verde, las practicantes de artes marciales feministas, neoceltíberos, los jinetes ciclistas, los micólogos extremos.
  • 4.5 La economía biorregional Madrid Sur: el reparto de trabajo; la moneda social; el reparto de la riqueza; empresas estratégicas socializadas; la ley de alarguescencia planificada; la economía ecofeminista; software libre y conocimiento libre: protocolo intercomarcal de solidaridad agrícola; red de Cosotecas Municipales; montones de Kropotkin; cooperativas integrales.
  • 4.6 I+D+i 2030
  • 4.7 Los datos no engañan
  • 4.8 Promesas de una vida buena que nos es debida

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ASÍ SALVAMOS EL MUNDO: UNA VISITA DESDE 2050

Con motivo de la Semana del Medio Ambiente de Móstoles de 2018, el Instituto de Transición Rompe el Círculo y el colectivo Contra el Diluvio organizaron unas jornadas bajo el nombre «Regreso del futuro: así venció la transición ecosocial».  Las abría la charla, «Así salvamos el mundo: una visita desde 2050» en la que Héctor Tejero y yo mismo especulábamos sobre cómo se había dado el proceso exitoso de cambio ecológico, en mi caso desde el 2030 y en el de Héctor desde el 2050.

A continuación el vídeo de la intervención.

Así salvamos el mundo: una visita desde 2050 [Emilio Santiago-Instituto de Transición Rompe el Círculo- y Héctor Tejero -Contra el Diluvio-]

También se reproduce el texto «Un WIllian Weston de Le Monde en el ecosocialismo ibérico». Unos fragmentos de un reportaje ficcionado de un periodista francés por la España de 2030. Este texto ha sido además incluido en el libro Humanidades Ambientales. Pensamiento, arte y relatos para el Siglo de la Gran Prueba, editado por Catarata.

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UN WILLIAM WESTON DE LE MONDE EN EL ECOSOCIALISMO IBÉRICO

Parte I. Introducción

Del tsunami geopolítico que supuso la implosión de la Unión Europea en 2021, la Confederación Ibérica (CONIBER) es uno de los desperfectos más singulares. Y a pesar de la vecindad geográfica, una experiencia todavía poco conocida para una Francia que se está adaptando al caos creciente por el camino contrario. El recelo mutuo se impone: los Pirineos son hoy una línea del ecuador que separa dos antípodas políticas. Quizá los futuros cimientos de una suerte de telón de acero.

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El derecho a soñar tumbado en una hamaca

El derecho a soñar tumbado en una hamaca

El capitalismo es una pesadilla que está hecha de paradojas. Una de las más irracionales es que somos capaces de producir cada vez más más cosas con menos trabajo, pero cada vez trabajamos más. Llevamos aproximadamente dos siglos gastando el premio de una lotería energética sin igual, que son los combustibles fósiles. Una época en la que además el ingenio científico ha aumentado hasta lo inconcebible nuestro radio de acción. En campos como la medicina o la comunicación hacemos magia. Y sin embargo, pese a contar con más riqueza que nunca, en términos de tiempo libre somos más pobres que nunca. Lewis Mumford nos recuerda que en la Edad Medía los días festivos anuales eran casi un tercio del año.

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Móstoles: un tigre sin dientes o unos dientes sueltos a los que les falta un tigre

Se reproduce a continuación un texto escrito en el 2013, y publicado originalmente en la revista Salamandra # 21-22. El texto nació a raíz de una encuesta sobre el imaginario del barrio realizada en Móstoles, en el marco de una investigación surrealista que nos ofreciera alguna pista para proseguir con la labor del viejo topo. Se añaden algunas fotografías extra que no pudieron aparecer en la versión en papel por falta de espacio.

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En defensa de la Casika

Hoy 8 de Julio de 2014 comienza el juicio contra el CSOA La Casika, Móstoles, uno de los espacios más importantes de la lucha anticapitalista en Madrid durante casi las últimas dos décadas.  Se reproduce a continuación el comunicado hecho público por el Instituto de Transición  en apoyo a este centro social hermano, con el que nos unen tantos lazos políticos y vitales.

*

Desde el Instituto de Transición Rompe el Círculo, y ante la amenaza de desalojo del Centro Social Okupado La Casika, manifestamos:

La Casika es uno de los pocos espacios que realmente forman parte del  patrimonio común del pueblo mostoleño y de un modo especial: gracias a La Casika la gente de Móstoles nos hemos vuelto pueblo. Y porque somos ya un pueblo en gestación  vamos a defender nuestra casa, la casa de todas y de todos, de la codicia raposa de los caciques y el rencor ideológico de los políticos.

La Casika ha jugado un papel histórico fundamental en el rearme de un movimiento popular anticapitalista en la zona sur y por extensión en todo Madrid. Como espacio, siempre ha estado abierta a gente de sensibilidades muy diversas, y su labor  ha sido fundamental en la resistencia contra la represión. La Casika también ha funcionado como una matriz para lo mejor de la cultura popular en la periferia de Madrid durante la última década y media (Festikmaf, Corto y Cambio…). La Casika es además un ejemplo de autogestión, un modelo de simbiosis entre colectivos revolucionarios y una escuela de esperanza.  En La Casika miles de personas condenadas a sufrir el capitalismo como un drama personal nos hemos encontrado y hemos aprendido la única fórmula que a los de abajo nos hace protagonistas de nuestra propia vida: luchar junt@s.

Por otra parte, La Casika es un espacio que ha calado  en la biografía de miles de mostelañas y mostoleños. Las vidas de muchas y de muchos no serían las mismas sin La Casika y las posibilidades que generosamente ha ofrecido. El compromiso de la gente con La Casika no es sólo político, es emocional y por tanto vital.

Desde Rompe el Círculo y el Instituto de Transición, estaremos siempre agradecidos a La Casika porque sencillamente no existiríamos sin su apoyo ni su solidaridad, que nos han prestado innumerables veces.  Sabemos que nuestro caso es general. Nada de lo mejor que puede dar Móstoles de sí, nada de lo que todavía anima a vivir en un lugar como este,  podría ser posible sin La Casika. Y como queremos que este pueblo dé todavía mucho más de sí, necesitamos que La Casika, con su alegría rebelde, continúe abierta  y que estos 16 años sólo sean los primeros de los muchos que quedan por venir.

 Si la transición a un mundo sin capitalismo es cada vez más el horizonte al que muchas y muchos nos encaminamos, en La Casika esta transición  ha empezado ya hace 16 años. Ahora toca defender este espacio pionero, que es  el mundo que construiremos mañana. Si nos quitan La Casika nos quitan un trozo del futuro, y si nos quitan un trozo del futuro nos quitan el aire.  Por todo ello, La Casika no se toca.

Instituto de Transición Rompe el Círculo

La calle Paseo de Arroyomolinos, Móstoles.

La Calle Paseo de Arroyomolinos, en Móstoles, que en principio puede parecer una de las vías menos atractivas de la ciudad, no carece sin embargo de cierto encanto. Este encanto se lo da una sucesión inexplicable de comercios cuyos nombres desafían el sentido común. (más…)

Apoya, defiende, ama

 

Apoya, defiende, ama; canción en solidaridad con el CSOA La Casika, de Móstoles, tras 16 años de autogestión y ante la amenaza de desalojo que sufre el centro social. La canción se incluirá en el disco Votos de lujosa pobreza (2014).