SERÁ UNA VEZ MÓSTOLES 2030

SERÁ UNA VEZ Móstoles 2030 

El Instituto de Transición Rompe el Círculo, junto con diversos colaboradores y cómplices del Movimiento en Transición mostoleño, lleva más de tres años intentando impulsar un imaginario utópico decrecentista. En este fanzine, que se puede descargar libremente, está contenido un resumen esencial de estos años de trabajo. El objetivo es  llenar uno de los vacíos más peligrosos para el movimiento ecologista: la inexistencia de proyecciones de futuro más deseables que el presente y, al mismo tiempo, más pobres en términos de consumo de energía y materiales.  Mi artículo Un William Weston de Le Monde en el ecosocialismo ibérico se enmarca dentro de este proyecto.

Me ha parecido oportuno y necesario ceder un espacio en el blog como archivo completo de los materiales generados a día de hoy. Se trata de frutos de una dinámica colectiva. En un futuro próximo este juego se abrirá a una participación mucho más amplia y no necesariamente centrada en Móstoles. Estén atentos y atentas.

Como se trata de un post necesariamente muy largo, expongo primero una suerte de índice panorámico de sus contenidos.

Emilio Santiago Muíño.

1-La lujosa pobreza

2-Dinámicas de visualización utópica e imaginación visionaria

3-La acción poética

  • 3.1 Comunicado público de la acción poética del 17 de junio de 2016.
  • 3.2 El bando de la Comuna Municipal
  • 3.3 Los horarios de colegios e institutos públicos
  • 3.4 El Museo (al aire libre) de los horrores antiguos
  • 3.5 I+D+i 2030
  • 3.6 Nuevos nombres de calles, plazas y parques (ejemplos)
  • 3.7 Nuevos establecimientos comerciales en transición
  • 3.8 Promesas de una vida que nos es debida
  • 3.9 “Sabotajes agroecológicos”

4- El Móstoles del 2030 (exposición-imaginario colectivo en construcción)

  • 4.1 El plano de la Comuna de Móstoles 2030
  • 4.2 La ciudad en 2030: la población en 2030; la energía en 2030; la movilidad en 2030; los residuos en 2030; la vivienda en 2030; la Red de Huertos Urbanos Agroecológicos; el bosque oriental del Regordoño y los procesos de naturación urbana; el Instituto Local del Buen Vivir (ILBV); el nuevo parque de los Planetas; la diana de la ira común (antiguo edificio de la mujer); ríos y cauces recuperados, lagos fluviales en la ciudad densa; las semillas de la transición; el hamacódromo popular (en el Soto); el cementerio de los relojes
  • 4.3 Línea del Tiempo: nacional y local.
  • 4.4 La selvática sociedad civil de 2030: la transición como revolución cultural; vacas vs. Velocirraptors; nuevos colectivos, modas, asociaciones y sectas: ordenes mendicantes laicas, dandis descalzos, anarconeandertales, frente carbón cero, masajistas eroticofestivos, deportistas de fuego, cartógrafos imaginarios, secta de adoradores de los sueños, exploradores psicogeográficos, astrónomos populares, brujas, gaianos, supervivencialistas, fans de los montes Urales, ajedrecistas nihilistas, bossanovers, las chicas elektro-swing, los desconectados, el erotismo unitario, guerrilla Verde, las practicantes de artes marciales feministas, neoceltíberos, los jinetes ciclistas, los micólogos extremos.
  • 4.5 La economía biorregional Madrid Sur: el reparto de trabajo; la moneda social; el reparto de la riqueza; empresas estratégicas socializadas; la ley de alarguescencia planificada; la economía ecofeminista; software libre y conocimiento libre: protocolo intercomarcal de solidaridad agrícola; red de Cosotecas Municipales; montones de Kropotkin; cooperativas integrales.
  • 4.6 I+D+i 2030
  • 4.7 Los datos no engañan
  • 4.8 Promesas de una vida buena que nos es debida

1. La lujosa pobreza

“En el siglo XXI, el dilema es transparente: o el genocidio en defensa de la eterna adolescencia, o los votos colectivos de lujosa pobreza”.

Emilio Santiago, Rutas sin mapa, 2016.

Pico del petróleo, cambio climático, holocausto de la biodiversidad, agotamiento de recursos tan básicos como el agua o el suelo fértil… O  sin tener en cuenta la ecología,  las dificultades que encuentra el capitalismo para reproducirse de modo rentable en un mundo donde la tecnología reduce el trabajo y facilita la proliferación incontrolable de información. Desde cualquier punto que queramos mirar la época que nos ha tocado vivir, la conclusión sale siempre reforzada: esto es más que una crisis económica, es una crisis de civilización. El resultado: una economía que solo sabe crecer bajo el doping dramáticos de las burbujas especulativas. Y una sociedad cada vez más injusta, desigual y autodestructiva, que no solo ha declarado a la naturaleza una guerra que no podrá ganar, sino también se enfrenta, con dramáticas posibilidades de victoria, a una parte creciente de la humanidad, que bajos los ojos del capital sencillamente sobra. Como afirma Jorge Riechmann, el ecocidio traerá consigo el genocidio.

Chocar contra los límites del planeta nos obliga a replantear algunos axiomas del pensamiento de lo que se ha llamado las izquierdas. En el siglo XXI no basta con repartir. Y entiéndase por repartir lo que se quiera: desde redistribuir renta de modo más o menos progresivo, como quieren los reformistas, a redistribuir propiedad como quieren los revolucionarios. Y tendremos que repartir mucho, porque ese crecimiento que ya no es ecológicamente posible siempre ha sido un colchón que amortigua desigualdades. Pero redistribuir es solo una buena respuesta ante una pregunta perversa que no se cuestiona nunca. Lo que hay que introducir en el debate es el cuestionamiento de la pregunta: nos toca hacer las cosas de otro modo, empezando por hacer y consumir muchísimo menos.

La austeridad es una idea a reivindicar. Aunque las élites tienen una responsabilidad mayor en la factura final, y se lo tenemos que hacer pagar, todos los habitantes de los países desarrollados llevamos décadas viviendo por encima de las posibilidades biosféricas. El español medio consume recursos como si tuviera a su disposición algo más de tres planetas. Sencillamente un futuro viable, y a la vez más humano, pasa por purgar décadas de empacho con una buena dosis de renuncia.

Esclarecer lo suficiente en una sociedad donde lo suficiente es el gran tabú que atenta contra el orden profundo de las cosas. Ese es el reto. Y dado el tipo de sujetos que somos, no va a ser fácil. Una sociedad donde millones de nietos de campesinos pobres consideran que la felicidad es tomar un vuelo de bajo coste para ir a Londres a ver un concierto es una sociedad muy poco preparada para responder al crack socioecológico de otro modo que no sea con un fascismo de recursos.

La batalla contra el ecofascismo que viene solo puede ganarla la lujosa pobreza. «buscar la austeridad en el consumo de energía y materiales y aspirar, complementariamente, a una nueva abundancia. Abundancia de tiempo, de relaciones sociales, de sentidos significativos, de experiencias maravillosas» (Emilio Santiago, Rutas sin mapa, 2016). Eso es la lujosa pobreza. En la medida en que nos adentremos en el siglo XXI vamos a avanzar hacia sociedades más pobres, a nivel de consumo energético y material. Sociedades donde vamos a perder  muchos de los estándares de vida que la sociedad de consumo nos ha enseñado a pensar que son normales, pero que son históricamente excepcionales. Solo en la medida en que sepamos encontrar formas de riqueza no ligadas al consumo de mercancías, este empobrecimiento puede ser entendido como una oportunidad para vivir mejor con menos y no como una pesadilla de la que hay que despertar por cualquier medio, aunque ese medio sea  una dictadura o una invasión para asegurar que la fiesta continúa.

La buena noticia es que nuestro sustrato cultural está lleno de esas experiencias de lujosa pobreza, estas otras formas de riqueza en las que podemos basar la construcción de una nueva cultura de la abundancia.  Una vida cotidiana que gravite alrededor del disfrute de los vínculos sociales comunitarios, de los cuidados, de la familia, de los amigos, del juego en común, del tiempo libre, de la creatividad en todas sus formas, del sueño, del sexo como algo lúdico, del deporte, de la contemplación, de la experimentación y el contacto con la belleza de la naturaleza o maravilloso, no es necesariamente una vida cotidiana que exija un gran equipamiento técnico y material y un consumo energético creciente. Al revés.  Se trata de un proyecto en el reducir del consumo se puede compatibilizar con una expansión del disfrute del placer de vivir.  Generar un movimiento que busque un empobrecimiento voluntario de alguna de nuestras dimensiones para potenciar un enriquecimiento de otras.  Este es el terreno donde nos jugamos el futuro político de la humanidad. Si fallamos, la crisis civilizatoria la gestionarán nacionalismos depredadores dispuestos a morir matando en la lucha por los recursos menguantes. Y las orejas del lobo ya están aquí, desde Trump a Marie Le Pen que basan su programa en el “no hay para todos”.  Si vencemos, podrán abrirse las puertas de sociedades sostenibles.

Será una vez Móstoles 2030 es una exploración colectiva de un nuevo imaginario de la lujosa pobreza desde muchos frentes. Primero,  mediante ejercicios de visualización utópica del futuro, que el Instituto de Transición Rompe el Círculo ha llevado a cabo en Móstoles en distintos contextos. Unos ejercicios en los que nos hemos dado licencia para soñar y para ser delirantes: solo la imaginación sin freno puede romper nuestras inercias mentales, que siempre son cómplices de lo existente. Por otro lado,  Móstoles 2030 es una acción poética, que ya tuvo sus hitos, y todavía sigue en marcha. Queremos convocaros a un juego extraordinario. Será una vez Móstoles 2030 es nuestro granito de arena: para revertir una derrota, primero es necesario imaginar que podemos vencer. Y para vencer nunca se trató de convencer, se trató de enamorar. Será una vez Móstoles 2030 porque será una vez que ganaremos. Y lograremos construir una vida buena, al alcance de todas y todos, en un planeta finito.

2-Dinámicas de visualización utópica e imaginación visionaria

Durante los años 2015  y 2016 el Instituto de Transición Rompe el Círculo desarrolló, en diferentes contextos y con públicos distinto perfil (activistas, niños, jubilados…), una serie de  dinámicas colectivas de visualización utópica e imaginación visionaria.  El objetivo era entrenar nuestro sentido de anticipación de lo mejor que está por venir.  E ir desbrozando el camino de una transición ecosocial deseable, en el plano local, y aterrizada en deseos concretos.

La metodología fue sencilla.  Tras contextualizar los presupuestos de partida de la crisis ecológica, se exponía a la gente a un relato sin cerrar que los proyectaba a un día cualquiera del 2030. Durante el ejercicio, cada persona completaba el relato con su propia imaginación. Después las visiones se ponían en común y se plasmaban, con dibujos o textos, en un gran mapa de la ciudad.

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Presupuestos de las dinámicas de visualización utópica:

-En el Móstoles del 2030 hay mucho menos acceso a petróleo y energía. Por tanto la vida tiene que estar organizada de otra forma. En general ser mucho más sencilla, sin que por eso tengamos que renunciar a todos los aspectos de la vida moderna que nos parezcan positivos, pero sí a muchos.

-Como no hay un acceso a energía creciente, nuestra economía ya no crece un tanto por ciento anual. Es una economía que tiene que tener también otro aspecto, más sosegada, menos compulsiva.

-Además, hemos completado con éxito nuestro proceso de transición, y hemos logrado cambiar el sistema para que una economía que no crezca no sea un problema, como es ahora. Ha habido cambios fundamentales para hacer la vida más justa, más al servicio de los intereses de todos, y hemos aprovechado para solucionar algunas cosas que no funcionaban bien en nuestra sociedad.

-Con el cambio de sistema han cambiado los modos de vida. Y este cambio además ha sido a mejor.

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3-La acción poética

El viernes 17 de junio de 2016 el movimiento en transición mostoleño desarrolló la acción poética Será una vez Móstoles 2030. ¿El objetivo?: reencantar la ciudad y repoblar nuestros imaginarios colectivos mediante visiones de futuro estimulantes, basadas en la idea de la lujosa pobreza. Fue en el contexto de la campaña electoral de las últimas elecciones generales. En un marco en el que somos bombardeados por mensajes que incitan únicamente al voto, desde el movimiento en transición se apeló a la poesía para despertar las ganas de acción en la escala más importante del cambio, que es la vida cotidiana de cada uno y cada una.

La acción poética movilizó a más de una veintena de personas divididas en varios grupos, y consistió en una serie de intervenciones diversas que combinaron, a en distintas proporciones, belleza, sorpresa, frikismo y sentido del humor: los nombres de muchas calles y plazas fueron sustituidos; más de 100 copias de un bando de la Comuna Municipal, fechado el 30 de marzo de 2030, se colgaron por toda la ciudad; todos los colegios e institutos de Móstoles amanecieron con carteles explicativos de las nuevas asignaturas y horarios que se cursarían en 2030; en diversos puntos de la ciudad, botijos simbolizaban los avances del I+D+i del futuro; nuevos establecimientos, propios de una sociedad en transición utópica, anunciaban su próxima apertura en comercios cerrados; algunos elementos del viejo mundo, como la publicidad, los relojes, los parkings o las tallas de ropa, fueron catalogados dentro de un museo al aire libre de los horrores antiguos; cientos de pequeñas frases escondidas por toda la ciudad anunciaban las promesas de lo mejor por venir; esparcidos por todo Móstoles, surgieron al amanecer pequeños huertos como “sabotajes agroecológicos” en parterres, alcorques y zonas de tierra baldías, que hacían de la normalización de la huerta en la ciudad, al menos en el plano simbólico, política de hechos consumados.

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A continuación, un pequeño vídeo resumen de la acción, el comunicado público y algunos de los materiales más interesantes.

3.1 Comunicado público de la acción poética del 17 de junio de 2016.

Con la acción poética Será una vez Móstoles 2030, el movimiento en transición mostoleño “entra en campaña”. Y lo hace de la única manera que podría hacerlo: con magia, sentido del humor y otorgándose licencia para soñar. Creemos que los cambios sociales no se provocan convenciendo a nadie, sino despertando en cada uno y en cada una un estado percepción de las cosas que ayude a mirar el mundo un proceso inacabado que puede ir a mejor. Y lo mejor solo nacerá con el aporte irrepetible de cada uno y de cada una.

Con esta acción poética hemos querido que el pueblo mostoleño note una brecha cruel, que hoy nos desgarra a todas y todos, y se apresure a cerrarla: la brecha entre cómo vivimos y cómo podríamos hacerlo. Porqué sabemos que podemos vivir mucho mejor con menos, y que ante la crisis socioecológica vivir con menos es necesario y urgente, es importante imaginar ejemplos concretos de lo que nosotros llamamos la lujosa pobreza. Esto es, formas de felicidad al alcance de todos y en un planeta finito, que impliquen una reducción drástica de nuestros consumos de energía y materiales, como la que estaremos obligados a asumir los próximos años.

Sabemos que muchas de las sugerencias que hemos hecho a la ciudad de Móstoles son utópicas, delirantes o poco realistas. Pero para salir de la rutina mental, que siempre es cómplice de lo establecido y confunde lo que hay con lo que existe, hace falta adoptar un método visionario. Para explorar los paisajes sociales que hoy nadie conoce, como es una ciudad en transición, el primer paso es dar un cheque en blanco a la imaginación sin límites.

Esta acción ha tenido lugar durante una campaña electoral porque las campañas son los momentos en que se predispone a la ciudadanía, con más intensidad, a escuchar asuntos de interés general. El movimiento en transición tiene una propuesta de ciudad y una propuesta de país, y nos ha parecido oportuno tomar la palabra. Sin embargo, no queremos pedir el voto a ningún partido político. Esto no significa que despreciemos la política parlamentaria. Contamos con personas que consideran que en unas elecciones como las del 26J nos jugamos mucho. Y otras entienden que la política institucional es una trampa. Pero todas hemos llegado a una conclusión compartida, que se podría resumir en una conocida frase anarquista: “da igual si votas o si no votas, lo que importa es lo que hagas el resto del año”. Para que Móstoles se convierta en un puntal del movimiento en transición, lo importante son las experiencias cotidianas que nos permitan ensayar alternativas aquí y ahora. Desde un huerto urbano a un espacio de trueque, desde un local asociativo a un cuento o un dibujo que nos ayude a visualizar que una vida buena que está todavía por venir.  Proyectos, todos ellos, que ninguna ordenanza municipal puede imponer. Los ayuntamientos seguramente tendrán un papel clave a la hora de consolidar los cambios que buscamos. Pero el impulso tiene que surgir de la gente. Esta acción poética ha querido llevar una chispa incendiaria al material inflamable de nuestros deseos secretos en pos de una vida buena.

Aunque es evidente que existen opciones electorales más favorables que otras para que la transición a una sociedad más sostenible, justa y plena tenga lugar, en este camino las instituciones solo podrán hacerle la cobertura al protagonismo de la gente. Y más en nuestro caso, cuando todavía ningún partido  de ámbito nacional se ha tomado en serio que vivimos en una crisis de civilización. Y que, por tanto, la segunda transición española va a ser mucho más que un reajuste político o una reforma constitucional: va a implicar un giro radical de nuestro modelo productivo, un cambio en la forma de nuestras ciudades, una reinvención de nuestros mitos colectivos y el surgimiento de nuevos estilos de vida que ya no estarán basados en la abundancia de consumo de mercancías.

Por último, nuestra intención con esta acción ha sido la de embellecer la ciudad y reencantar un poquito la vida de los y las mostoleñas. Convocar, por unas horas, las potencias de lo maravilloso. En ningún momento se ha pretendido dañar ningún objeto del mobiliario urbano, y hemos tomado las precauciones necesarias para que así fuera. Pedimos disculpas si algún conciudadano o conciudadana se ha sentido molesto u ofendida, y animamos a todas las personas que han disfrutado de esta pequeña sorpresa a dejarse seducir por la aventura de la transición.

Movimiento en Transición de Móstoles, junio de 2016.

3.2 El bando de la Comuna Municipal

El consejo municipal de la comuna de Móstoles, reunido el pasado 30 de marzo de 2030, bajo mandato democrático de las asambleas barriales, hace públicas las siguientes consideraciones:

  1. Las tierras baldías de la periferia de la ciudad serán puestas en común y entregadas a las familias de refugiados climáticos, en función de su disponibilidad.
  2. Queda inaugurada la ginkana de primavera. Duración prevista: 2 meses. Nivel de dificultad de los acertijos: alto. Al final de las pruebas está el país del Punt.
  3. Debido a su comportamiento maniaco y perturbado en la última ginkana de invierno, los socios del “Club de amigos de los Montes Urales”, tendrán vetada su participación en la próxima ginkana de primavera.
  4. Se refrenda, a nivel de comuna municipal, la ley nacional de retroactividad en la abolición de las deudas bancarias. Se abrirá una oficina por barrio para facilitar diligencias.
  5. El referéndum del 2 de febrero de 2030 para la “Revocación del velocirraptor como animal emblemático municipal y su sustitución por un animal real”, ha obtenido los siguientes resultados: a favor 23%; en contra 74%, en blanco-nulos-bromas 3%. (participación del 81% del censo). Por consiguiente, el velocirraptor continuará figurando entre los símbolos oficiales de la ciudad, incluido el escudo. Las papeletas con las bromas más originales serán expuestas en la Casa popular del humor político.
  6. Un año sabático retribuido cada cuatro años es un derecho laboral inalienable de cualquier trabajador-a, pero se recuerda a los ciudadanos-as la idoneidad de avisar con 3 meses de antelación para facilitar la autogestión planificada de la economía local y biorregional.
  7. El objetivo de reducción local de emisiones de carbono del primer trimestre de 2030 se ha cumplido con notable éxito, aunque el Frente Socialismo de Carbón Cero, las nuevas órdenes mendicantes cristianas y los grupúsculos anarconeandertales continuarán su campaña coordinada por la abolición del motor de combustión también en el marco del transporte público.
  8. Las últimas semanas de abril una comitiva de pueblos originarios del desierto de Atacama nos visitará para enseñar a nuestros permacultores y campesinos urbanos técnicas ancestrales de captación de agua y cultivo en sequía. Fincas y cooperativas que deseen participar en el curso de formación, inscríbanse en la oficina de la Red de Huertos Urbanos Agroecológicos de Móstoles.
  9. Se confirma, tras la polémica de estos meses, que el diseño de composteras vecinales con formas explícitamente ofensivas, hirientes, feas y/o aterradoras entra dentro de la libertad de expresión de cada asamblea barrial.
  10. Por decreto municipal de obligado cumplimiento, las ballestas serán usadas solo por personas de reconocida integridad moral y amantes de los animales.
  11. Queda abierto el concurso municipal de constelaciones alternativas y nuevas mitologías a ellas asociadas. El premio será un viaje para tres personas, en crucero-velero, de un año de duración, por los mares del sur.
  12. El tercer sábado del mes de abril se procederá al sorteo de los siguientes cargos municipales, cuya duración será de seis meses: tesorero-a del fondo de pensiones municipal, director-a de la central de abastos, recopilador-a de leyendas urbanas, cocinero-a de abordo; agorero-a; predicador-a antitecnológico.

Aisha Abeyad (secretaría rotatoria de la Comuna de Móstoles).

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3.3 Los horarios de colegios e institutos públicos

Horarios y asignaturas correspondientes al curso 2030-2031 en los colegios de primaria e institutos de secundaria de la Comuna de Móstoles.

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3.4 El Museo (al aire libre) de los horrores antiguos

Carteles pertenecientes al Museo (al aire libre) de los Horrores Antiguos. Se colocan junto a elementos del viejo mundo que sobreviven como fósiles en medio de la calle. Su misión pedagógica es recordar que antes de la transición ecosocial Móstoles vivía una época infinitamente más injusta, irracional y triste.

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3.5 I+D+i 2030

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3.6 Nuevos nombres de calles, plazas y parques (ejemplos)

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3.7 Nuevos establecimientos comerciales en transición

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3.8 Promesas de una vida que nos es debida

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3.9 “Sabotajes agroecológicos”

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4- El Móstoles del 2030 (exposición-imaginario colectivo en construcción)

En el contexto de la Semana del Medio Ambiente de Móstoles, y con los materiales surgidos de las diferentes dinámicas de visualización utópica de la acción poética, y de desarrollos posteriores, el 11 de junio de 2017 el Instituto de Transición Rompe el Círculo inauguró una exposición que mostraba los resultados de este laboratorio de imaginación colectiva. La exposición tuvo su sede en el local Rompe el Círculo y consistió en 15 items, entre ellos un plano de Móstoles en el 2030, de gran superficie, donde se recogía la información más importante de la ciudad.  Tras una charla-coloquio dinamizada por Carlos Medina, Emilio Santiago y Xisela García, donde se presentó el proyecto como algo abierto y en construcción, permeable a los aportes y la creatividad de la gente, se celebró una comida popular con productos ecológicos y algunas de las recetas de la gastronomía mostoleña postpeakoil.

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La exposición después ha funcionado de modo itinerantes en diferentes eventos de la ciudad, como el Foro de la Cultura, donde sacamos un futbolín a la calle bajo el nombre Móstoles Evolution Soccer 2030, en alusión a un conocido videojuego de fútbol y especulando con el tipo de ocio que conocerá la ciudad en un futuro cercano.

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A continuación, algunos de los ítems más significativos:

4.1 El plano de la Comuna de Móstoles 2030

Plano de la Comuna de Móstoles en el año 2030. Este plano será un laberinto de amantes escondidos y ritos de paso.

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El establecimiento de un nuevo régimen y una nueva constitución de signo ecosocialista en 2023, y especialmente el fracaso del golpe de Estado procapitalista en 2024, desató una auténtica fiebre colectiva que quería pasar página con todos los símbolos. Sin llegar al extremo de establecer un nuevo calendario, como en la Revolución Francesa (aunque algunos lo intentaron), casi todas las calles y plazas fueron renombradas, en un ansia de marcar un punto de inflexión que dejará atrás el viejo mundo.

Nuevos nombres de las calles, que pueden leerse en el plano. En algunos casos, la sustitución es obvia: la avenida del 2 de Mayo ha sido renombrada avenida 15M; la avenida de la Constitución, avenida de la Confederación Ibérica; la avenida Iker Casillas es en 2030 la avenida del Chupagol (esa acción tan frecuente de los partidos de fútbol en los patios de los colegios consistente en quedarse arriba esperando un balón); existen otras denominaciones maravillosas, como la calle El tiempo de las cerezas, la calle de La Luna más grande del año o la avenida de la Música negra.

En la leyenda del plano, podemos encontrar espacios como el Parque agroecológico Madrid Sur, la Cosoteca Central, la Oficina de Ayuda para Refugiados Climáticos (OARC), el Montón de Kropotkin, el Campo Eólico Municipal, el Bosque comestible Nelson Mandela, el Centro de Poesía Por Todos los Medios 15 de Mayo (Antiguo Centro de Arte 2 de Mayo). También rincones con cierto encanto decrecentista. Entre decenas de ellos, un lugar para celebrar los latidos y otro para firmar pactos de sangre, una zona libre de miedos, un pasadizo para iniciarse en el amor loco y el gran estilo,  un observatorio de formas de nubes, un balcón para deshojar las estrellas (que ya no estarán vetadas).

4.2 La ciudad en 2030

Dentro del plano de la comuna, se recoge información esencial para comprender el funcionamiento tanto metabólico como socioeconómico de Móstoles en 2030.

La población en 2030: las políticas de éxodo urbano promovidas por el gobierno de la Confederación Ibérica desde su fundación en 2023, que buscan repoblar las zonas rurales para asegurar la soberanía alimentaria plurinacional desde principios agroecológicos, han vaciado Móstoles. En el 2030 viven en la ciudad 117.600 personas aproximadamente, una reducción de casi la mitad respecto a su población máxima histórica.

La energía en 2030: una decidida voluntad de descarbonización ha marcado la hoja de ruta de la ciudad desde finales de la segunda década del siglo XXI. En el 2030 el consumo municipal de energía primaria se ha reducido más de dos tercios, y casi un 70% se ha convertido en consumo eléctrico. De este, un 80% tiene origen renovable y un 25% del mismo es de generación local (el antiguo Móstoles Tecnológico, hoy Parque de Tecnologías Democráticas, alberga un importante campo de aerogeneradores, y los paneles fotovoltaicos y la energía solar pasiva compite junto con las cubiertas vegetales en las azoteas y tejados). Existen cortes de luz programados y la iluminación nocturna se ha reducido drásticamente. Los sistemas de calefacción de distrito inaugurados alrededor de 2020 dotan a Móstoles de agua caliente y calefacción en los días más duros del invierno, pero el cambio climático está convirtiendo esta necesidad en algo en excepcional y esporádico. Ayuda también el importante esfuerzo, tanto público como cooperativo, en rehabilitación de edificios y aislamiento térmico. Y el transporte ha dado un vuelco tan impresionante que requiere una explicación detallada.

La movilidad en 2030: bicicleta, carruaje de caballos y paseo son las tres formas esenciales de desplazamiento interno en Móstoles. Para salir de la ciudad se usa tren de cercanías y metro, convertidos en servicios públicos estratégicos y socializados,  con unas tarifas casi gratuitas y una frecuencia de paso ininterrumpida de 3 minutos durante las 24 horas salvo días festivos, que aumenta a 10 minutos. El alza del precio del petróleo, unido al impuesto al carbono y la voluntad política de racionalizar el transporte y terminar con la movilidad privada en automóvil han convertido el motor de combustión en una realidad en peligro de extinción. Los derivados del petróleo son un bien estratégico confederal intervenido, reservado básicamente para el ejército, tareas agrícolas y petroquímica de primera necesidad.  La flota de vehículos municipales y confederales es casi totalmente eléctrica, salvo algunos coches de bomberos, ambulancias y camiones de la basura (e incluye toda la estructura de logística y transporte de mercancías, que dentro de las ciudades ha sido municipalizada para optimizar y regular su funcionamiento). Existen cooperativas de alquiler de vehículos eléctricos particulares para viajes y vacaciones, pero la oferta es escasa  y hay que reservar con bastante antelación. Solo algunos ricos conservan coches híbridos en propiedad,  muy eficientes, que son un símbolo de estatus y poder económico de los nuevos tiempos, aunque cada vez provocan más desprecio y menos envidia.

Los residuos en 2030: el metabolismo mostoleño ha adoptado en 2030 un patrón circular (o más bien espiral, porque como recuerdan los gaianos, el reciclaje perfecto es termodinámicamente imposible). La reducción ha sido tan drástica que la ciudad se aproxima al residuo cero: la ley de alarguescencia planificada y la normativa de compra a granel minimiza el derroche, el nivel de reutilización y reparación de bienes es muy alto, el reciclaje se gestiona por cooperativas bajo un modelo de depósito, devolución y retorno y la materia orgánica es tratada en las decenas de sistemas de compostaje comunitario que alimentan los suelos de la red de huertos.

La vivienda en 2030: en el año 2018, y siguiendo el ejemplo de la Dignidad, el agravamiento de la crisis económica provocó una oleada masiva de okupaciones. Más de 400 grandes recuperaciones de vivienda organizadas se dieron en los dos años sucesivos (una cada dos días), algunas afectando a bloques enteros y otras a viviendas vacías. En 2023, cuando se produjo la socialización de la banca, casi un 15% de la población mostoleña okupaba vivienda.  El proceso de regulación no está viéndose libre  de polémica: mientras que hay partidarios de convertir la vivienda en propiedad en un derecho constitucional garantizado, otros son partidarios de mantener el modelo actual de entrega en usufructo. Mientras tanto, la derecha involucionista sigue calificando la socialización de la vivienda como un acto económico totalitario, propio de blocheviques, que retrata la naturaleza perversa del nuevo régimen.

La Red de Huertos Urbanos Agroecológicos: inaugurada en 2017 bajo amparo municipal como primera medida de ciudad en Transición, la Red de Huertos Urbanos Agroecológicos se ha convertido en todo un icono de la nueva ciudad. Y es que la Red no solo ha permitido el cultivo local y ecológica urbano de hortalizas y frutas, sino que ha sembrado comunidad y ha permitido normalizar una idea de ciudad diferente, que entiende el huerto no como un vestigio del pasado sino como una apuesta de futuro.

Un paso clave en el desarrollo de la Red de Huertos de Móstoles fue la coordinación con Fuenlabrada, Arroyomolinos y  Moraleja de En medio en el año 2022 para la creación del Parque Agroecológico Madrid Sur: un parque agrario pionero a nivel nacional, que se convirtió en un nicho de empleo verde que transformó el modelo productivo regional y que hoy es responsable de cubrir casi una tercera parte de las necesidades alimentarias de la ciudad de Madrid con agricultura ecológica periurbana altamente productiva y con una enorme demanda de mano de obra.

Hoy la Red de Huertos engloba todos los colegios, institutos e instituciones públicas, más de medio centenar de huertos comunitarios vecinales, miles de huertos domésticos y las fincas del Parque Agroecológico Madrid Sur, que generan empleo directo a más de 10.000 mostoleños (e indirecto a otros tantos). Gracias a la Red en 2030 más de la mitad de la población mostoleña tiene algún contacto con formas de cultivo, bien sea a nivel profesional o para autoconsumo.

El bosque oriental del Regordoño y los procesos de naturación urbana: tras el crack de finales de 2018 y la ruina en cadena de miles de empresas en todo el mundo, muchos de los polígonos industriales de Móstoles fueron abandonados. El deterioro arquitectónico y urbanístico que sufrieron fue drástico, especialmente en el caso del antiguo polígono de Regordoño, que además fue casi destruido por un anómalo tornado en el año 2019 (que fue, para muchos mostoleños y mostoleñas, la prueba definitiva de la convivencia con un cambio climático catastrófico).

En el año 2021 la zona devastada del antiguo polígono de Regordoño fue intervenida por un grupo de activistas del ecologismo radical. Grupúsculos locales afines al movimiento de la guerrilla garden, influenciados por la nueva corriente religiosa del gaianismo, actuaron en clandestinidad para convertir el antiguo polígono en un bosque urbano. Durante meses levantaron escombros y asfalto para liberar suelo y plantar miles de árboles. Las plantas escogidas fueron esencialmente Kiri y bambú, dos especies orientales que se encuentran entre las de más rápido crecimiento del mundo, llegando a alcanzar una treintena de metros en poco más de un lustro. La acción fue duramente contestada por otros grupos ecologistas que advertían del peligro de introducir especies exóticas ajenas al ecosistema mostoleño, pero los jardineros guerrilleros justificaron su decisión por la inmensa capacidad del kiri para capturar CO2. Polémicas ecologistas aparte, hoy el antiguo polígono de Regordoño es un extraño paraje en el que los esqueletos y las ruinas de las antiguas fábricas se mezclan con un lujurioso y exuberante boque oriental.

Pero este no es el único bosque que está creciendo en las inmediaciones de Móstoles. Un poco más al sur, en la prolongación del antiguo parque forestal Nelson Mandela, los vecinos del PAU 4 han plantado un bosque de alimentos comunal con técnicas permaculturales. Y el fin del crecimiento económico y la presión urbanística está favoreciendo otros procesos de naturación urbana, por los que la naturaleza comienza a introducirse en la ciudad como se introduce el agua en un barco que se hunde. El índice de biodiversidad de la ciudad se ha multiplicado por diez. Tortugas leprosas, nidos de cigüeñas y de águilas calzadas, ranas de San Antón y tritones en las charcas, bandadas de murciélagos ratoneros en las noches de Villa Fontana, una población de nutrias en el lago de El Soto. Incluso se han hallado excrementos frescos de lince ibérico en el Parque Regional del Guadarrama.

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El Instituto Local del Buen Vivir (ILBV): cuando los movimientos sociales en particular, y las fuerzas del cambio en general, llegaron a las instituciones mostoleñas en el 2015, y al gobierno municipal en 2016, descubrieron que la idea de la vida buena era la piedra filosofal capaz de transformar la ciudad y sus gentes. En medio de una depresión económica espantosa, la campaña electoral de 2019 giró alrededor de la promesa de una vida buena (a) que todavía era posible para todas y (b) que además le era debida a la gente. Fruto de aquella victoria nació el Instituto Local del Buen Vivir (ILVB), con el objetivo declarado de organizar una ciudad donde se pudiera “vivir mejor con menos”.

EL ILBV ha servido de  traductor y difusor de la innovación social y cultural que necesitaba el proceso de transición: su misión ha consistido en inspirarse en la ideas más revolucionarias y osadas de los movimientos sociales y contraculturales que explotaron a principios de la década de los veinte y convertirlas en programas accesibles para el conjunto de la población mostoleña, incluida la más reacia al rumbo general que ha tomado la política nacional en el proceso constituyente ecosocialista. Sin duda alguna, si la extrema derecha no logró hacerse un hueco en los corazones de las mostoleñas, y si las revueltas del 2022 apenas dejaron huella en la ciudad, volcándose la ira mostoleña en la batalla que se libró en el centro de Madrid, fue gracias a la labor pionera del ILBV.

Su última campaña ha consistido en colocar, por toda la ciudad, “objetos para vencer el miedo a la muerte”: columpios para adultos, buenos libros abandonados, aforismos de mentes sabias, cometas para bailar en el viento o pequeños arcos de muérdago para promover los besos apasionados entre personas desconocidas. Las últimas encuestas de valores afirman que casi 70% de la población que se declara monógama, y sexualmente conservadora, ha aprendido a entender los besos esporádicos con terceras personas como una forma de adulterio aceptada e interesante, que no pone en peligro la complicidad de una pareja.

El nuevo parque de los Planetas: el nuevo parque de los planetas (antiguo Parque Lineal del arroyo de El Soto) es un ejemplo perfecto del tipo de revolución cultural que está teniendo lugar en la ciudad en transición.  En el año 2023 los mimos mostoleños decidieron convertir el planeta Marte en su punto de encuentro.  Todos los días podía verse a decenas de mimos ahí reunidos, compartiendo vida, sueños y comunidad en su lugar sagrado.

El ejemplo se extendió entre otras nueve tribus apasionadas, que han hecho de sus hobbies una religión cuyas misas se celebran alrededor de alguno de estos planetas, incluido la plaza con forma solar frente al antiguo Prado Ovejero: los jinetes ciclistas, los micólogos extremos, las tatuadoras de henna, los caricaturistas al carboncillo, los tangueros, las cuentacuentos, los neoceltíberos (que imitan las formas de vida prerromanas y profesan la fe druida), los amantes de la capoeira, los fanáticos de la alfarería y  las practicantes de artes marciales feministas.  Las obras de desoterramiento del arroyo del Soto no lograron truncar esta cadena de puntos de reunión para iniciados en un amor incondicional.

Estas 10 tribus son conocidas popularmente como los extraterrestres, por su capacidad de aislarse en el microuniverso de su actividad como en otro mundo.

La diana de la ira común (antiguo edificio de la mujer): con el objetivo de dar salida a las tensiones y las frustraciones colectivas que se producen en cualquier sociedad, también en una sociedad en transición, el antiguo edificio de la mujer se ha convertido en una suerte de Bastilla permanente.  Año a año el edificio es asaltado, incendiado y destruido por la turba en una fiesta catárquica, un ritual para desahogar y limpiar ese ruido de fondo que deja el pulso entre realidad y deseo en cada corazón. La elección del edificio de la mujer como diana de la ira común se ha debido a dos motivos: su fealdad tremebunda y el hecho de que desde hacía 8 años, con la explosión de igualdad tras las revueltas de 2022, se consideraba cerrado por defunción (machismo R.I.P). La acumulación de orgías destructivas está convirtiendo a este antiguo monstruo arquitectónico en una especie de catedral gótica terrorífica.

Ríos y cauces recuperados, lagos fluviales en la ciudad densa: ya consolidado el nuevo régimen ecosocialista libertario de la Confederación Ibérica, una de las tres grandes medidas promovidas por el Consejo Confederal de Reparación Ecológica (los CC fueron los sustituto de los antiguos ministerios de la época del Reino de España), junto con la recuperación de suelo agrícola y el programa masivo de reforestación, fue la restauración de ríos y cauces.  Englobado en el marco de la política estratégica plurinacional del agua, las comunas y los municipios empezaron a recibir en el 2025 fondos de inversión destinados a desenterrar los  ríos y arroyos que en antaño circulaban por los términos municipales, y que fueron devorados y sepultados por el melanoma urbanístico del siglo XX.

En el año 2029 Móstoles inauguró el desoterramiento del arroyo del Soto. El antiguo parque lineal, conocido popularmente como parque de los planetas, se transformó en una vaguada, y la hondonada del viejo Parque Andalucía (hoy Parque para hablar de los amores perdidos), se ha convertido en un apacible lago fluvial, con una población de garzas que ameniza las tardes de lectura y meditación de los vecinos de Estoril II.

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Las semillas de la transición: las semillas de la transición que florece en Móstoles a finales de la tercera década del siglo XXI fueron plantadas muchos años atrás. El Centro Social Okupado La Casika cumple, en 2030, 33 años de vida rebelde. Leyenda viva y puntal del cambio social no solo en Madrid, sino en la Península Ibérica, nuevos proyectos acompañan hoy a iniciativas veteranas. El FESTIKMAF, el festival de jazz o el Corto y Cambio, que ya va por su cuarto de siglo, comparten espacio con la muestra de teatro kabuki-chulapo y el concurso de licor de bellota. Viejas glorias de los movimientos contraculturales del siglo XX, como el punk, el oi! y el rap cuentan batallitas a los jóvenes bossanovers, las chicas elektro-swing y los desconectados.  En el año 2019 la asamblea mostoleña del movimiento de los dandis descalzos, que predica la lujosa pobreza y cuya extensión explosiva ha sido comparada con un fenómeno de conversión religiosa,  comenzó a reunirse entre sus muros. Todavía hoy las noches de verano su patio sigue siendo un oasis que permite, casi casi, rozar la plenitud y además saberlo.

El colectivo Rompe el Círculo celebra en 2030 su 22 cumpleaños. Lo capicúa de la fecha ha servido de excusa para un nuevo cambio: acaban de mudarse al edificio abandonado del antiguo Centro Comercial 2 de Mayo. El viejo montón de Kropotkin inaugurado en 2017 se ha convertido en la central de abastos más importante de la ciudad. La experiencia educativa de Rompecit@s se extiende por Madrid y ya es considerada una nueva escuela pedagógica libertaria.  Los cursos de la Universidad Popular rivalizan en calidad y profundidad de debate con los de las instancias oficiales del sistema educativo, especialmente en lo que se refiere a estudio y diseño de bienes comunes. La alta cocina vegetariana de temporada, el gamberrismo ilustrado, la geografía poética o el erotismo unitario son algunas de las aventuras colectivas que aquí se promueven  Y no es ningún secreto que las mejores ideas que impulsa el Instituto Municipal del Buen Vivir están inspiradas en las prácticas de este excéntrico  laboratorio, que sigue buscando cómo reencantar la vida con muy poco.

El hamacódromo popular (en el Soto): el derecho a la pereza se ha convertido en un derecho humano inalienable en la sociedad en Transición. La disminución radical del ritmo productivo, combinado con el reparto de la riqueza, ha multiplicado el tiempo libre. Las hamacas públicas, para uso de cualquiera, proliferan por una ciudad  mucho más tranquila, del mismo modo que proliferaban los bancos en los parques del siglo XX.  Una zona de El Soto concentra tal número de hamacas que es conocida como el hamacódromo popular. Frecuentándolo, un grupo nutrido de vecinas y vecinos que han convertido la siesta al aire libre en todo un arte.

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El cementerio de los relojes: dejar progresivamente atrás el capitalismo supone también dejar atrás el tiempo de los relojes y la dictadura del tiempo abstracto. En el año 2026 un comando de las órdenes mendicantes laicas comenzó a promover una intensa cruzada para la abolición de la medición del tiempo. Y el lugar en el que realizaron una impactante acción callejera en 2027 se ha convertido en un cementerio de relojes espontáneo. Cada vez más mostoleños y mostoleñas depositan ahí sus antiguos relojes como un signo de liberación, del mismo miedo que los esclavos rompían cadenas y las mujeres en los sesenta quemaban sostenes. El tiempo ha dejado de ser una máquina sincronizada para triturar esperanzas y ha pasado a convertirse en una fiesta en forma de “oro” (como buscó André Bretón).

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4.3 Línea del Tiempo

Este ítem recoge los acontecimientos más significativos, en el plano local y nacional, entre los años 2015 y 2030.

Línea de tiempo nacional:

  • 2018, septiembre: crack financiero y bursátil y guerra internacional de divisas.
  • 2020: subida vertiginosa de los precios del petróleo provocado por el caos bélico en Oriente Medio.
  • Elecciones de 2020: Victoria sin mayoría absoluta de las fuerzas del cambio. Gran coalición impide el acceso al poder de las fuerzas del cambio y conforma un gobierno de Emergencia Nacional. Se inicia la última legislatura del régimen de 1978.
  • 2021: Implosión de la Unión Europea.
  • 2022: El año de la gran tarde: revueltas populares, que comenzaron con el 11º aniversario del 15m, se extienden por todo el país entre mayo y junio y llevan a elecciones anticipadas en septiembre de tipo constituyente. Tras una campaña muy polarizada, las fuerzas del cambio se imponen por una amplísima mayoría. Comienza el proceso constituyente hacia la transición ecosocialista, denominado por los involucionistas “proceso de sovietización y barbarie”.
  • 2023 Aprobación con un 79% de los votos censados de una nueva Constitución de perfil ecosocialista. El proceso constituyente español converge con el portugués y nace la Confederación Ibérica (CONIBER), que incluye las repúblicas de Galicia, Euskalherría, Paises Catalanes (Cataluña, Valencia y Valeares, España –Madrid, Castillas, Aragón, Cantabria, Rioja, Asturias, Extremadura y Murcia-, Andalucía, Canarias y Portugal, así como una entidad nacional de coordinación directa entre municipios (la FACI, Federación Asamblearia de Comunas Ibéricas)
  • 2022-2023: Oleada de socialización de grandes empresas e industrias estratégicas.
  • 2024: Golpe de Estado fallido: las fuerzas involucionistas organizan un golpe de Estado pero este fracasa en menos de tres días por la combinación de movilización popular y la división interna del ejército, con muchos oficiales jóvenes favorables al proceso ecosocialista.
  • 2025 Estrategia plurinacional de reparación ecológica: suelo, agua y reforestación.
  • 2025 Programa plurinacional de repoblamiento rural joven y estrategia agroecológica nacional

Línea de tiempo local:

  • 2015 Móstoles se suma oficialmente a la Red Mundial de Ciudades en Transición
  • 2017 Inauguración de la Red de Huertos Urbanos Agroecológicos de Móstoles
  • 2018 Inauguración de la Multiversidad Ecosocial Para la Transición Poscarbono
  • 2019 Las fuerzas del cambio ganan las elecciones municipales
  • 2019 Inauguración del Instituto Local del Buen Vivir
  • 2019-2020 Comienzo de las okupaciones masivas de vivienda
  • 2019 Cadena de anómalas tormentas de verano en primavera provocadas por el caos climático global. Un tornado destroza el polígono de Regordoño.
  • 2021: Intervención de la guerrilla garden sobre las ruinas del polígono de Regordoño: nacimiento del bosque oriental del Regordoño.
  • 2022 Inauguración del Parque Agrario Madrid Sur
  • 2022 Revueltas del año de la Gran Tarde (escasa incidencia)
  • 2022 Supresión del Ayuntamiento de Móstoles. La institución local, como todo el país, entra en un periodo de transformación constituyente.
  • 2023 Nacimiento de la Comuna de Móstoles, federada a la FACI (Federación Asamblearia de Comunas Ibéricas), entidad de coordinación territorial local de la Confederación Ibérica.
  • 2023 Los mimos mostoleños comienzan a reunirse alrededor del planeta marte en el antiguo parque lineal. Nace el nuevo parque de los planetas.
  • 2024 Gran fiesta del golpe de Estado fallido
  • 2024 Se desata la “fiebre del renombrar”
  • 2024 Comienza la romería musical de las culturas en el parque de El Soto
  • 2025 Propuesta de establecer la vaca como animal emblemático de la ciudad. Estalla la guerra cultural vacas vs velocirraptors.
  • 2025 Aplicación local del Plan Recuperación de Cauces Fluviales y Escorrentías
  • 2026 Comienza el  Gran Éxodo Urbano
  • 2026 Las órdenes mendicantes laicas promueven la abolición de la medición del tiempo
  • 2027 Comienza a generarse espontáneamente el cementerio de los relojes
  • 2028: Firma del Protocolo Intercomarcal de Solidaridad Agrícola con las comunas de Medina del Campo y Sigüenza.
  • 2029: Inauguración del desoterramiento del arroyo de El Soto.
  • 2030 Referéndum revocatorio del símbolo del Velocirraptor, con resultado negativo.

Esta línea de tiempo fue acompañada por (a) portadas del futuro del periódico Voces del Pradillo, un proyecto periodístico nacido al calor del 15m, comenzando por la última portada real que coincidió con la declaración oficial de Móstoles como municipio en transición;  (b) páginas sobre La Casika y Dignidad extraídas del libro Historia de la Transición en la Comuna de Móstoles (VV.AA, 2029); (c) comunicado de mudanza del colectivo Rompe el Círculo al antiguo centro comercial 2 de mayo (Avenida del 15M, 27).

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4.4 La selvática sociedad civil de 2030

La transición como revolución cultural

Tres grandes aspectos caracterizan la revolución cultural que está teniendo lugar en la ciudad en transición: comunidad, festividad y creatividad. La epidemia de narcisismo y atomización provocada por el neoliberalismo, que ya había comenzado a revertirse tímidamente a partir del 15m, murió de shock en 2018-2019, cuando la gente volvió a necesitarse tanto una a la otra. Hoy los barrios son auténticos hervideros de vida en común, donde cualquier excusa es una oportunidad para celebrar: comidas populares, asambleas, cine de verano, primavera y otoño… Los más viejos del lugar dicen que Móstoles se parece mucho a su infancia, cuando todo el pueblo se conocía como una gran familia, con sus alegrías y sus rencillas, pero en un domingo eterno. Y frente a las profecías de algunos intelectuales posmodernos, que vieron en este retorno de la comunidad la vuelta de estructuras de vigilancia colectiva tradicionales asfixiantes, que ahogaría a los individuos en chismorreos y presiones conservadoras, la libertad de costumbres y el derecho a la personalidad propia no solo se ha visto afectado, sino que se ha potenciado por la multiplicaciones de grupos de afinidad organizados.

En cuanto a la explosión de creatividad, que como dijo Vaneigem en los sesenta es la cosa mejor repartida de este mundo, esta ha resultado ser la respuesta más eficaz ante la insatisfacción que podía provocar el fin de la sociedad de consumo. Los fenómenos creativos se multiplican y nuevas costumbres surgen por todo el paisaje mostoleño. Desde 2024 cada equinoccio y cada solsticio se reúnen en el Soto romerías musicales de todas las culturas que habitan la ciudad en una jam sesión que convoca  desde gaiteros galegos hasta tambores senegaleses, pasando por cantaoras flamencas, ritmos árabes y una orquesta de Europa del este especializada en himnos de los antiguos países socialistas. Los aficionados a las mitologías imaginarias aprovechan la ausencia de iluminación nocturna para hacer astroacampadas entre los cultivos del Parque Agroecológico e inventar nuevas constelaciones. Hasta las farolas y los bolardos son decorados por las comunidades de vecinos en una hermosa competición que está embelleciendo la ciudad hasta niveles nunca imaginados en el siglo XX.

Vacas vs. velocirraptors

Quizá el efecto más sorprendente de la transición ecosocial que ha tenido lugar en la ciudad durante la última década ha sido como el empobrecimiento energético y material ha sido inversamente proporcional al florecimiento maravilloso de la vida colectiva. Como un poderoso estimulante, el decrecimiento ha sobreexcitado la actividad de la sociedad civil en todas sus facetas. Hoy ésta es una selva exuberante y lujuriosa donde miles de movimientos, asociaciones y de proyectos, muchos prácticos pero muchos profundamente extravagantes y utópicos, se enredan y se enmarañan unos con otros con una pujanza inmensa.

El conflicto vacas vs velocirraptos simboliza bien esta frondosidad delirante. Con el éxtasis del golpe de Estado fallido y la liberación de conductas que vino después, algunos mostoleños burlones desempolvaron una vieja broma que había conocido esta ciudad a principios de siglo XXI: ¿Qué coño te pasa con mis vacas? Propusieron a la asamblea municipal, en una provocación divertida que ni ellos mismos  se tomaron muy en serio, que la vaca fuera el nuevo símbolo de la comuna y el hinduismo su religión oficial. Sorprendentemente, la propuesta generó un contramovimiento que plantó cara y presentó alternativa: si un animal totémico tenía que presidir el destino de Móstoles, este debía ser un velocirraptor.  Lo que al principio parecía un disparate entre gente joven aficionada al surrealismo y la patafísica pronto adquirió proporciones titánicas. Ni Barça-Madrid, ni izquierda derecha, ni perros y gatos. Esos viejos antagonismos quedaron atrás: partidarios de las vacas y partidarios de los velocirraptors dividieron la ciudad en dos bandos irreconciliables.  Se sucedieron las campañas publicitarias,  los parques se llenaron de esculturas de vacas o de velocirraptors, las paredes de grafitis rupestres…. Incluso en alguna fiesta, e inspirados por la cerveza casera, fanáticos exaltados de un lado y otro llegaron a las manos.

Sin que nadie sepa muy bien que significa, y tras una disputa intensa, el velocirraptor ha impuesto su hegemonía. No solo ha logrado convertido en el animal emblemático oficial de la ciudad en un referéndum (año 2026) sino que ha revalidado su posición en una reciente consulta revocatoria, con más del 70% de los votos.

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Nuevos colectivos, modas, asociaciones y sectas

Descripción somera de la actividad y las señas de identidad de algunos de los nuevos colectivos, asociaciones y sectas que florecen, a cientos, bajo el impulso vibrante de la transición ecosocial en la ciudad.

Ordenes mendicantes laicas: ramificación apolínea y frugal del llamado movimiento de la lujosa pobreza. Su comportamiento se parece mucho a las órdenes mendicantes de la Edad Media, pero no profesan ninguna fe trascendental, solo un profundo sentido ético de la justicia ecológica y social.  Su experiencia de la felicidad se fundamenta en una pulsión contemplativa y mística, de adoración a la belleza de la naturaleza, aunque también promueven prácticas muy radicales de solidaridad y religación entre pobres y excluidos. Carecen de posesiones personales y ejercen una potente labor de evangelización ecológica.

Dandis descalzos: ramificación dionisiaca y desenfrenada del llamado movimiento de la lujosa pobreza. A diferencia de las órdenes mendicantes laicas, los dandis descalzos han hecho del placer, la sexualidad liberada, el juego, la diversión, la gula y toda aventura sensual la razón de ser de su sentido de vida, aunque asumiendo como principio rector que todos estos comportamientos pueden adoptar formas muy sencillas. Practican el erotismo unitario, experimentan con todo tipo de drogas, son aficionados a formas musicales cada vez más refinadas y tienen una implicación social y política menor, pues consideran que la mejor propaganda que pueden hacer de sus ideas es con el ejemplo.

Anarconeandertales: tribu urbana que nace del rechazo a la tecnología y a todo lo que ha tenido que ver con la revolución industrial y sus consecuencias. Se organizan en comunas de familias enteras, con un perfil asambleario y de reparto de las tareas y los bienes. Ocupan espacios degradados y los reivindican como propios desde el momento en que los comienzan a habitar y a reconstruir. Existen dos comunidades grandes actualmente, la comunidad del Soto y la comunidad de La Frontera, sita en la zona fronteriza entre Móstoles y Alcorcón. Practican la agricultura de subsistencia, reciclan todos los materiales de deshecho de los vertederos y tienen costumbres y formas de ocio muy tribales.

Frente carbón cero: frente de ciudadanos que luchan por la reducción radical de las emisiones de CO2 aun a costa de retrotraer a nuestras sociedades a un estadio tecnológico preindustrial que llevaría asociada una notable pérdida de la calidad de vida.

Masajistas eroticofestivos: tras la oleada a partir de la década del 2010 de interés por la sanación oriental (reiki, kinesología, sanación con cuencos…) y mezclado a la necesidad de la población a finales de esa misma década de contacto físico y costumbres que reivindicasen el amor libre, surge esta agrupación de personas interesadas en la sanación a través del amor. Visten con ropaje de corte indú y suelen llevar turbantes. Realizan performances (al estilo de los que regalaban abrazos a principios del siglo XIX) y se reúnen en el Parque para demostrar los orgasmos (antiguo parque Júpiter) para fiestas de amor libre y experimentación sexual-tántrica.

Deportistas de fuego: ante la disminución de las posibilidades de practicar deportes extremos, que requerían de mucha indumentaria y altas cuotas de consumo energético para ser realizadas, un grupo de personas con necesidad de emociones y ansias de jugar con el riesgo, montó un colectivo de deportistas que practicaban sus ejercicios incluyendo fuego. Así, malabaristas y funambulistas, jugadores de padel-fuego y el conocido como waterpolo 2.0, en el que la pelota no puede caer al agua o se apagaría son practicados hoy por todo aquel que se interesa por entrar en el club.

Cartógrafos imaginarios: Habiendo quedado ya en el s.XX la mayor parte del planeta cartografiada, el acto de reflejar en mapas lugares existentes hace tiempo que se considera una actividad tediosa y mayormente inútil. Los cartógrafos imaginarios encuentran su deleite en cartografiar regiones inexistentes con el mayor nivel de detalle posible. Sus relatos de esos territorios son tan apreciados por la población que es habitual invitar a un cartógrafo imaginario a amenizar los ritos de paso comunitarios y demás celebraciones no espontáneas.

Secta de Adoradores de los sueños: se reúnen a menudo en el Parque para hablar de los amores perdidos (antiguo parque de Andalucía) y contarse sus sueños y ver las estrellas. Creen que hay una relación directa entre lo que se sueña y lo que sucederá o ha sucedido en otras vidas. Debaten sobre la importancia del subconsciente en la conformación de la personalidad y de la forma de actuar. Parte de ellos conforman el grupo de teatro surrealista de Móstoles, en el que escenifican los mejores sueños contados.

Exploradores psicogeográficos: cercanos a los adoradores de sueños, se dedican a divagar y deambular por la ciudad buscando espacios u objetos sorprendentes que muchas veces fueron vistos en sus sueños. En ocasiones se dedican a crear objetos de desconcierto con aquello que encuentran y dejan mensajes ocultos para los ciudadanos que caminan más atentos. Este movimiento reivindica el disfrute del tiempo sin prisas y el andar como paseo. Para ellos las calles no son lugares que te llevan de un sitio a otro sino todo un complejo sistema para deleitarnos si somos capaces de ver con otros ojos.

Astrónomos populares: Con la reducción de luces en la ciudad para fomentar el ahorro energético, Móstoles se cubrió de estrellas que nunca antes se habían visto desde los años sesenta del siglo XX.  Los astrónomos populares son grupos de gente que se reúne para ver estrellas y contar historias que tienen que ver con antiguas mitologías. También ofrecen sus conocimientos astronómicos a agricultores, exploradores, senderistas nocturnos y todo aquel que le interese la astronomía. Fueron los primeros en avistar el cometa Copérnico en 2023.

Brujas: grupo de mujeres que practican ritos ancestrales de sanación y que conocen mejor que nadie todos los remedios naturales para cualquier mal. Practican aquelarres por los parques de Móstoles y realizan conjuros para aquel que tiene necesidad y es bueno de corazón. Pero no son fáciles de encontrar. Durante el día aparentan mujeres comunes, solo se dejan ver pasadas las primeras horas de la madrugada. Y dejan su marca allí donde van con piedras dibujando círculos en el suelo.

Gaianos: seguidores de una suerte de religión científica basada en las capacidades homeostáticas del sistema biosfera, que ellos denominan Gaia. Uno de los impulsores fundamentales en la Confederación Ibérica es el profesor de Valladolid Carlos de Castro, que concentra toda la ética gaiana en el siguiente principio:  empezar por respetar primero a Gaia y luego integrarse de nuevo en ella, evolucionar con ella…

Supervivencialistas: También conocidos como ‘anarconeandertales moderados’. Practican sus habilidades de supervivencia extrema más como hobbie que como forma de vida. No crean asentamientos permanentes, pero a menudo son ellos los que, durante sus exploraciones de fin de semana (de cuatro días) descubren los emplazamientos donde terminan asentándose los ‘anarconeandertales radicales’

Ajedrecistas nihilistas: Partiendo de tableros y piezas del ajedrez tradicional, los ajedrecistas nihilistas desarrollan una actividad a mitad de camino entre la performance filosófica y la siesta deportiva. Aunque hay diferentes interpretaciones acerca del   mensaje que pretenden transmitir con sus actuaciones (de haber alguno), el secretismo que rodea a este grupo hace difícil conocer tanto su trasfondo como las propias reglas (aparentemente cambiantes) del juego. Se cree que el conjunto de meta-reglas es revelado  a los nuevos miembros al ser aceptados, y que la única forma de ser aceptado es ganar una partida a un miembro existente. En cualquier caso, los numerosos seguidores del torneo municipal permanente parecen disfrutar tanto del desarrollo del juego como de los vistosos sombreros de los jugadores.

Fans de los montes Urales:  cofradía de personas obsesionadas con todo y cada uno de los detalles que puedan obtener sobre esta larga cadena montañosa, aunque de pequeña altura, que divide Eurasia en Europa y Asia. Nombre de las montañas, de los ríos, hábitats, canciones populares que mencionan alguno de sus picos, dieta de los pueblos primitivos que habitaron a sus pies… Cada año organizan un viaje en tren del que siempre vuelven menos socios.

Bossanovers: locos y locas de la música bossa nova, que  hace furor entre los nacidos en los primeros años de la crisis económica (2008-2015). Han desarrollado una jerga propia en portuñol.

Las chicas elektro-swing: enemigas radicales de los bossanovers,  son un grupo de mujeres que han decidido lesbianizar el swing añadiendo además un componente electrónico. Son una de las escenas musicales y culturales más potentes entre los partidarios de la teoría queer.

Los desconectados: creciente mayoría silenciosa, de la que hablan a veces los periódicos, que comparten un profundo hastío hacia internet, el teléfono y las redes sociales. Usan cartas y llaman al telefonillo sin avisar. Antropólogos y sociólogos consideran que se trata de un movimiento cultural anticipatorio y adaptativo ante el gran apagón digital que algunos visionarios pronostican para mediados de siglo XXI.

El erotismo unitario: Práctica erótica de amplio alcance, promiscuidad inocente y pujanza delirante que recoge el testigo del surrealismo y el situacionismo aplicado al erotismo, y que se ha convertido en el universo sexual de la población media. Sin llegar a la extravagancia de los masajistas erótico-festivos, el erotismo unitario tiende a que los sujetos se comporten como si cualquier interacción social pudiera derivar en un vertiginoso y placentero encuentro sexual, que por supuesto no tiene que reducirse a lo puramente genital.

Guerrilla Verde: grupo que reivindica el uso de espacios baldíos de Móstoles para el cultivo y el esparcimiento. Se reúnen para actuar en la noche y reverdecer espacios en desuso. EN una noche pueden montar un parque o un huerto sin ser vistos. Comenzó siendo un movimiento clandestino, pero pronto pasaron a actuar a plena luz del día cuando el cultivo en la ciudad se volvió legal. Hoy vuelven a realizar sus ataques en la noche porque les gusta jugar al efecto sorpresa.

Las practicantes de artes marciales feministas:  Lo que empezó como una serie de técnicas para recuperar el espacio corporal invadido por la tendencia masculina a sentarse con las rodillas desplegadas hacia ambos lados, ha derivado en toda una disciplina de lucha tan efectiva como infrecuentemente usada. La costumbre femenina de llevar visibles las insignias con su nivel de maestría en las AMF, parecen funcionar a la perfección como método disuasorio para todo tipo de conductas sexistas.

Neoceltíberos: secta que imitan las formas de vida prerromanas y profesan la fe druida. Recrean batallas como el sitio de Numancia y trabajan el hierro.

Los jinetes ciclistas: ciclistas unidos en bandas que viven una vida nómada y vinculada por estrictos códigos de pertenencia y un culto a la libertad en grupo. En algunos casos suelen mostrar tendencias proclives al saqueo y la violencia contra los sedentarios, que ellos denominan despectivamente «los mejillones».

Los micólogos extremos: buscadores de setas que tienen bajo principio esencial jugarse la vida en cada excursión, bien por lograr recolectar setas inaccesibles o por consumir setas venenosas, en dosis homeopáticas, que provocan trastornos perceptivos y psíquicos de cierto interés.

4.5 La economía biorregional Madrid Sur

Algunas de las instituciones y las lógicas económicas que configuran el ecosistema social de la economía biorregional de la comarca del Sur de Madrid.

El reparto de trabajo

A partir de unas jornadas celebradas en junio de 2021 en la Multiversidad Ecosocial, se inicia un intenso proceso de deliberación comunitaria acerca de la naturaleza misma del trabajo, su relación con la subsistencia y la necesidad de su reparto, llegándose a consensuar a mediados de 2023, como una de las primeras medidas de la recientemente constituida Comuna de Móstoles, la jornada laboral de 5 horas diarias, debiendo incluir esta jornada 2 horas de tareas comunales.

Años más tarde, ya en 2025, una vez que la economía biorregional alcanza una cierta estabilidad que garantiza la subsistencia tanto de sus habitantes permanentes como de los refugiados climáticos de paso por la región, se instaura el derecho inalienable a un año sabático retribuido cada cuatro años de trabajo, manteniéndose las 10 horas de tareas comunales semanales, que para mayor comodidad podrán agruparse en jornadas de hasta 5 horas diarias y podrán ejercerse tanto en la comuna de residencia habitual como en cualquier otra comuna de la Confederación Ibérica donde pueda estar dicho trabajador/a disfrutando de su merecido descanso.

La moneda social: una moneda social local llamada “La Empanadilla”

En el año 2030 Móstoles, como el resto de la Confederación Ibérica, ya no es un exactamente una ciudad organizada bajo principios económicos capitalistas. Pero tampoco alberga un sistema ecosocialista coherente. Más bien se encuentra en un punto intermedio, una mixtura compleja que no llega a ser ni capitalista ni ecosocialista, y que tiene mucho de experimento, contradictorio y de tanteo.  Como en todo el país, la propiedad privada de los medios de producción, las grandes empresas que lograron no verse afectadas por los procesos de socialización de industrias estratégicas de 2022 y el trabajo asalariado conviven, no sin tensiones complejas, con instituciones económicas emergentes de nuevo cuño.

Una de las más importantes son las monedas sociales locales, que solo circulan en la ciudad que las emite y sirven para que la riqueza de lugar se mantenga más tiempo en él, relocalizando la producción e integrando a los excluidos en el circuito económico. Tras varios intentos fallidos de implementar una moneda social en Móstoles, es el sindicato social de okupantes de viviendas quien somete a la aprobación de las asambleas barriales (y finalmente en 2024 también del Consejo Municipal) la nueva moneda, que no hace más que formalizar la práctica, ya habitual desde el comienzo de las okupaciones masivas, de intercambiar productos, servicios y conocimientos con medios de pago alternativos al inestable sistema monetario de la economía fosilista.

La moneda social mostoleña se llama la Empanadilla.  Aunque no queda suficiente documentado el origen del nombre (dado que ya era conocida así en los años en los que circulaba de manera informal), se cree que la denominación ‘empanadilla’ hace referencia a un viejo sketch cómico sobre Móstoles de los tiempos de la televisión analógica.El diseño de los billetes recoge motivos de la historia underground mostoleña, como reproducciones de los grafitis de Mast o la DMC Rock, el gato de La Casika, la cara de las Supremas o el logo de la Txaranga Punk.

Pero Móstoles también ensaya, con menor o mayor éxito, el reparto radical del trabajo (que ha posibilitado un año sabático pagado cada cuatro años), la economía cooperativa a escala de biorregión, una red municipal de cosotecas y montones de Kropotkin, una ley de alarguescencia planificada para contrapesar décadas de obsolescencia programada, protocolos intercomarcales de solidaridad para diversas cuestiones, como la producción agrícola o grandes nodos de compras comunes. Convocando el espíritu ecosocialista de la transición, el viejo lema de las revueltas campesinas alemanas,  Omnia sunt communia (todo es común) se ha convertido en el grito de guerra de la lucha de clases en el año 2030.

Reparto de la riqueza

El cambio radical de modelo productivo acaecido en el municipio cuenta con su origen más inmediato en la inauguración, en febrero de 2017, de la Red de huertos Urbanos Agroecológicos de Móstoles, que posteriormente fue extendiéndose al resto de tierras cultivables del término municipal.

 La garantía de cobertura de las necesidades mínimas por los recursos comunales llevó a la población, descargada ya de la presión social hacia el consumo conspicuo a percibir la acumulación de riqueza material no ya como algo no deseable, sino como algo innecesario.

Como se recoge en el discurso de investidura de la primera alcaldía colegiada, surgida de las elecciones de mayo de 2019, la estrategia ya no consistiría, como históricamente se ha pretendido, en el reparto igualitario de la riqueza (que la propia escasez material ha convertido en concepto excéntrico) sino “en un reparto igualitario de la pobreza, para que cada una de nosotros toque a la menor cantidad de ella posible, y sea posible su contención y orientación hacia formas de vida que nos permitan incluso vivirla como una liberación más que como una  limitación”.

Empresas estratégicas socializadas

En 2024, cuando el desabastecimiento de combustible ya es dolorosamente patente, y tras la gran fiesta del golpe de estado fallido, se decide la socialización total de las empresas dedicadas a sectores estratégicos que quedaban en manos privadas (las públicas ya habían sido socializadas ‘de facto’ en 2022 con la supresión del Ayuntamiento como institución).

Aunque nunca pudo acreditarse, los indicios de que algunas de estas empresas contribuyeron a financiar y organizar el golpe sirvió como detonante de este proceso, que se propagó en todos los niveles de la confederación y fue acogido con gran entusiasmo por los trabajadores y trabajadoras de dichas empresas, que comenzaron inmediatamente a disfrutar de la jornada laboral-comunitaria de 3+2 horas.

 Los sectores declarados estratégicos en esa primera etapa socializadora fueron los siguientes:

–           Energético

–           Sanitario

–           Alimentario

–           Educativo

–           Cultural

–           Reproductivo

–           Transporte público.

 Es aproximadamente en esta época cuando se empiezan a celebrar los primeros Festivales de lo Común, en los que se festeja cada nueva socialización (o cada nuevo común creado) con una romería lúdico-festiva en la que los participantes comparten una bota de vino de grandes dimensiones, acarreada según marca la tradición por cuatro personas que la inclinarán para dirigir un generoso chorro de vino a la boca de quien se acerque a ellos y grite a pleno pulmón ‘Omnia sunt communia’.

La ley de alarguescencia planificada

El acuerdo 1437/2025, recogido dentro de la estrategia plurinacional de reparación ecológica recoge claramente que cualquier bien producido por cualquier entidad productiva comunal, debe garantizar la resistencia de sus materiales, así como su correcto funcionamiento, al menos por un periodo equivalente a la esperanza media de vida publicada el año de producción del bien por el Instituto Confederal de Bienestar Social.

La economía ecofeminista

Desde antes incluso del crack de 2018, muchas autoras ecofeministas ya habían destacado cómo el anterior sistema capitalista-fosilista no era solo insostenible en términos medioambientales, sino también en términos sociales.

En un intento un tanto naif de la corporación municipal, se prohíbe en 2020 la división sexual del trabajo, acuerdo que no consigue avances significativos y que desencadenará en 2021 en la primera huelga general de cuidados.

A raíz de esta huelga, todos los sucesivos planes estratégicos se basarán, de forma decididamente intencionada, en los conceptos clave de la economía ecofeminista, que se demuestra una valiosa herramienta teórica ante la necesidad imperiosa de poner en marcha una “economía de retales” y hacer tangibles tantos otros conceptos hasta entonces ignorados fuera de los círculos de producción cultural de corte feminista.

Software libre y conocimiento libre

Una de las primeras comunidades, junto con las ecofeministas, en comprender, experimentar, y sacar provecho de la economía del procomún, fue la del software libre. Nacida y desarrollada a partir de la ética hacker y del conocimiento libre, la comunidad del software libre jugaría un papel muy importante a la hora de conseguir un decrecimiento tecnológico en términos materiales, que preservara sin embargo algunos de los logros esenciales de la revolución técnica que supusieron “las décadas del silicio”.

Es gracias al software libre en particular, y al conocimiento libre en general, que se consigue mantener en funcionamiento las empresas e industrias socializadas, dependientes en su gran mayoría de software y sistemas privativos que eran desconectados por los proveedores nada más conocerse la noticia de la desprivatización.

Gracias también a la producción teórica y práctica, preservada como un común de conocimiento por la Multiversidad Ecosocial, Móstoles es la primera comuna de la región en producir paneles solares con materiales de despojo industrial, que permitirán el suministro (con restricciones) a los sectores estratégicos desde prácticamente el primer momento del declive energético.

Protocolo intercomarcal de solidaridad agrícola

En 2024 se instaura el protocolo intercomarcal de solidaridad agrícola, por el cual, localidades de distintas comarcas, se organizaron en grupos de 3 (en un radio mayor de 75km para asegurar que las inclemencias del tiempo no les afectaran por igual, pero menor de 200km para evitar transportes de larga distancia) para respaldarse respectivamente en caso de malas cosechas o cualquier otra circunstancia que pudiera poner en riesgo la satisfacción de las necesidades de sus habitantes.

En caso de activación del protocolo, será la asamblea del municipio receptor la que decida cómo distribuir los recursos cedidos entre las diferentes unidades familiares y/o convivenciales de la localidad.

Red de Cosotecas Municipales

Una de las primeras consecuencias del crack financiero y bursátil de 2018 fue la drástica reducción de la capacidad de consumo de la población. Elementos tan habituales hasta hacía unos años en las casas como pequeños electrodomésticos, herramientas, cochecitos para niños/as o, en general cualquier artículo manufacturado que supusiera un gasto extraordinario, se convirtieron en inaccesibles para la gran mayoría, cuando no resultaron directamente imposibles de encontrar por el desabastecimiento y paralización de las rutas comerciales globales.

El Ayuntamiento surgido de las elecciones de 2019 comenzó un proyecto piloto, inspirado en las bibliotecas municipales, por el que se ampliaba el catálogo de éstas a cualquier objeto que pudiera ser susceptible de un uso puntual. Los fondos de la cosoteca se alimentaban de donaciones, reciclajes, propiedades de empresas socializadas o, en casos excepcionales, la compra del objeto con cargo a las finanzas municipales.

Durante los años sucesivos dicho programa demostró su gran utilidad, ampliándose y replicándose por las distintas asambleas barriales llegando a ser un servicio usado cotidianamente.

Una vez que la producción y disponibilidad de bienes se fue normalizando bajo el paradigma de la economía ecofeminista, la red de cosotecas se mantuvo como un procomún material de alto valor, al permitir maximizar el uso de cada unidad producida (y por tanto la eficiencia y sostenibilidad del sistema productivo).

Lo cierto es que, bajo el renovado sentido común construido alrededor de las nuevas concepciones de riqueza, pobreza o propiedad, no existía tampoco una demanda real de adquisición de bienes que ya estaban, en cualquier caso, a disposición de aquel que los necesitara.

Montones de Kropotkin

De funcionamiento similar a las cosotecas, pero surgidos de forma mucho más espontánea, se fue popularizando la práctica de no desechar o simplemente abandonar en un trastero aquellos productos que, por la razón que fuera, ya no iban a necesitarse. En su lugar, estos productos, bienes o equipamientos, se depositaban en almacenes habilitados a tal efecto por las asambleas barriales, para que cualquier vecino/a que lo necesitara simplemente lo tomara de ahí y se registrara como actual beneficiario de su uso y disfrute.

El nombre de “montones de Kropotkin” fue elegido en homenaje a un antiguo pensador ruso, pero su uso no se popularizó hasta que, en el boletín Nº 42 de la Casa Popular del Humor Político, se incluyera una viñeta que los ilustraba, en un ingenioso juego de palabras, como una montaña de heces fosilizadas (lo cierto es que no siempre los artículos depositados se encontraban en las mejores condiciones de uso).

Cooperativas integrales

La creación de cooperativas integrales ha pasado por diferentes etapas en los últimos 50 años. El formato de los embriones generados en las primeras décadas del siglo XXI como herramientas de contrapoder, ha derivado en plenas estructuras organizativas de la sociedad mostoleña.

Los primeros intentos fallidos de cooperativas integrales coinciden con la inauguración de la Multiversidad Ecosocial para la Transición Poscarbono en 2018. La creación de una de las instituciones más valoradas hoy en día, sirvió de impulso para el resurgir de muchos proyectos desterrados en años anteriores. Este clima de efervescencia duro aproximadamente 3-4 años, mantenido en gran parte por la galia mostoleña. No obstante, no todos los proyectos pudieron consolidarse debido a la agitada agenda de estos años: turbulencias por las elecciones de 2020, implosión de la Unión Europea, revueltas de 2022…

El último gran varapalo surgió con el Gran Éxodo Urbano en 2026. No obstante, la buena relación establecida con el resto de municipios colindantes gracias al proyecto del Parque Agrario del Sur, permitió resistir estos duros golpes. En el mismo sentido, sirvió de sostén la implementación de los protocolos creados a raíz de la huelga de cuidados.

4.6 I+D+i 2030

Líneas punteras de investigación, desarrollo e innovación en el año 2030, cuyo secreto pasa por rescatar una parte sustancial de sabidurías y tecnologías tradicionales, con un alto componente de biomímesis (imitación de los sistemas naturales, “esa empresa que no ha quebrado en 4.000 millones de años).

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5.7 Los datos no engañan

Recopilación de diversos datos estadísticos sobre la percepción del buen vivir y su evolución en Móstoles entre 2015 y 2030.

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5.8 Promesas de una vida buena que nos es debida

Porque somos lo incumplido de todas sus promesas, una pequeña lista de ráfagas de una vida mejor que nos merecemos en 2030.

Será una vez…

Ráfagas para facilitar el hallazgo del presente.

Tocarás en el agua una noticia de continuidad.

Derrumbaremos la prisión de cables al terminar la noche.

Aparecerá el flanco para atacar la cabeza de la serpiente.

La lluvia será un instrumento de viento.

No habrá más eternidad que el olor de una tormenta.

La nueva moneda serán los regalos.

Jurarás la bandera de lo maravilloso.

Encontrarás con tu gente el resumen del infinito.

El sol pondrá en hora tu cuerpo.

Ya no odiarás el lunes.

El pulso latirá en los labios

Los árboles tendrán derechos, nombre propio, y algunos hasta un mote.

Envejecer no será arrepentirse un poco de los amores perdidos.

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4 respuestas a “SERÁ UNA VEZ MÓSTOLES 2030”

  1. […] Será una vez Móstoles 2030 [archivo en web] […]

  2. […] de Transición Rompe el Círculo ha venido trabajando en esta idea. El resultado lo podéis ver en este archivo web de la iniciativa Será una vez Móstoles 2030, eneste fanzine, enesta acción poética y en el proyecto Hamacódromopopular de Móstoles. Estos […]

  3. […] anécdota parecida. Dentro del proyecto Será una vez Móstoles 2030 nos atrevimos a especular sobre una línea de tiempo coherente (local y nacional-internacional), […]

  4. […] utópica más febril. Pienso en aquel proyecto de anticipación visionaria decrecentista, Será una vez Móstoles 2030. Esencialmente nos quedamos […]