La escena de The Wire en la que el exalcalde de Baltimore, Tony, le explica al recién
ganador de las primarias demócratas Carcetti la esencia de la política se ha convertido
ya en legendaria: gobernar es beberse una taza de mierda tras otra. “Taza de mierda”
es una buena metáfora de lo que supone el proceso Operación Chamartín-Madrid
Nuevo Norte (OC-MNN) para los ecologistas que militamos en Más Madrid. Y que
confiamos en su potencia como proyecto político capaz de abrir brecha institucional en
materia de transición ecológica socialmente justa. Aunque el MNN diseñado por el
equipo de Carmena implica mejoras evidentes respecto al planteamiento de la vieja
OC de Botella, para las expectativas de un partido que quiere impulsar el Green New
Deal como horizonte de transformación social, tiene también algo de decepcionante.
En lo ecológico es un proyecto problemático. En lo socioeconómico, da continuidad a
un modelo perverso que es evidente que no se ha sabido transformar, aunque esto
último seguramente era pedir demasiado al municipalismo. Las críticas que ambas
aristas (la ecológica y la socioeconómica) han generado, aunque discutibles en
algunos sentidos, en otros son acertadas. Y la oposición social al desarrollo
urbanístico, una buena noticia, aunque tense nuestra posición de partido (la dialéctica
movimientos e instituciones siempre es conflictiva). Por ello me parece que la
expresión “taza de mierda” se adecua mejor a la disposición que en Más Madrid
deberíamos adoptar ante este tema: sustituir el enfoque triunfalista por un tratamiento
mucho más humilde, el del mal menor y la minimización de daños. Pasadas las
elecciones, cuando reconocer la debilidad propia y por tanto poder hacer autocrítica ya
no penaliza políticamente, al menos no tanto, una reflexión como esta se torna no solo
necesaria. También oportuna.
Artículos

SERÁ UNA VEZ MÓSTOLES 2030
SERÁ UNA VEZ Móstoles 2030
El Instituto de Transición Rompe el Círculo, junto con diversos colaboradores y cómplices del Movimiento en Transición mostoleño, lleva más de tres años intentando impulsar un imaginario utópico decrecentista. En este fanzine, que se puede descargar libremente, está contenido un resumen esencial de estos años de trabajo. El objetivo es llenar uno de los vacíos más peligrosos para el movimiento ecologista: la inexistencia de proyecciones de futuro más deseables que el presente y, al mismo tiempo, más pobres en términos de consumo de energía y materiales. Mi artículo Un William Weston de Le Monde en el ecosocialismo ibérico se enmarca dentro de este proyecto.
Me ha parecido oportuno y necesario ceder un espacio en el blog como archivo completo de los materiales generados a día de hoy. Se trata de frutos de una dinámica colectiva. En un futuro próximo este juego se abrirá a una participación mucho más amplia y no necesariamente centrada en Móstoles. Estén atentos y atentas.
Como se trata de un post necesariamente muy largo, expongo primero una suerte de índice panorámico de sus contenidos.
Emilio Santiago Muíño.
1-La lujosa pobreza
2-Dinámicas de visualización utópica e imaginación visionaria
3-La acción poética
- 3.1 Comunicado público de la acción poética del 17 de junio de 2016.
- 3.2 El bando de la Comuna Municipal
- 3.3 Los horarios de colegios e institutos públicos
- 3.4 El Museo (al aire libre) de los horrores antiguos
- 3.5 I+D+i 2030
- 3.6 Nuevos nombres de calles, plazas y parques (ejemplos)
- 3.7 Nuevos establecimientos comerciales en transición
- 3.8 Promesas de una vida que nos es debida
- 3.9 “Sabotajes agroecológicos”
4- El Móstoles del 2030 (exposición-imaginario colectivo en construcción)
- 4.1 El plano de la Comuna de Móstoles 2030
- 4.2 La ciudad en 2030: la población en 2030; la energía en 2030; la movilidad en 2030; los residuos en 2030; la vivienda en 2030; la Red de Huertos Urbanos Agroecológicos; el bosque oriental del Regordoño y los procesos de naturación urbana; el Instituto Local del Buen Vivir (ILBV); el nuevo parque de los Planetas; la diana de la ira común (antiguo edificio de la mujer); ríos y cauces recuperados, lagos fluviales en la ciudad densa; las semillas de la transición; el hamacódromo popular (en el Soto); el cementerio de los relojes
- 4.3 Línea del Tiempo: nacional y local.
- 4.4 La selvática sociedad civil de 2030: la transición como revolución cultural; vacas vs. Velocirraptors; nuevos colectivos, modas, asociaciones y sectas: ordenes mendicantes laicas, dandis descalzos, anarconeandertales, frente carbón cero, masajistas eroticofestivos, deportistas de fuego, cartógrafos imaginarios, secta de adoradores de los sueños, exploradores psicogeográficos, astrónomos populares, brujas, gaianos, supervivencialistas, fans de los montes Urales, ajedrecistas nihilistas, bossanovers, las chicas elektro-swing, los desconectados, el erotismo unitario, guerrilla Verde, las practicantes de artes marciales feministas, neoceltíberos, los jinetes ciclistas, los micólogos extremos.
- 4.5 La economía biorregional Madrid Sur: el reparto de trabajo; la moneda social; el reparto de la riqueza; empresas estratégicas socializadas; la ley de alarguescencia planificada; la economía ecofeminista; software libre y conocimiento libre: protocolo intercomarcal de solidaridad agrícola; red de Cosotecas Municipales; montones de Kropotkin; cooperativas integrales.
- 4.6 I+D+i 2030
- 4.7 Los datos no engañan
- 4.8 Promesas de una vida buena que nos es debida

Viejos planes, nuevas estrategias
Se publica a continuación un texto escrito en verano de 2016, unos días antes de comenzar mi actual trabajo como Director de Medio Ambiente de la ciudad de Móstoles, y que hasta hoy se ha movido solo en pequeños círculos de amigos y compañeros activistas cercanos. Se trata de una reflexión necesaria en el plano personal que quizá puede aportar algo a un debate colectivo en marcha: un cierto replanteamiento de la crítica anarquista al Estado, que se viene formulándose en algunos ambientes libertarios (en la imagen la escultura El Quijote de América, en La Habana, símbolo que canta a la necesidad de la desmesura utópica y la mentira existencial en el impulso de los proyectos revolucionarios -fotografía personal, tomada en marzo de 2012-).
Viejos planes y nuevas estrategias
Un replanteamiento crítico de la posición anarquista respecto al Estado
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La historia del ajedrez está llena de ejemplos en los que un cambio de estrategia, esto es, un giro del sentido general con el que se ha planteado una partida, tanto de su estilo como de sus objetivos, ha permitido lograr victorias. Con las siguientes páginas quiero reflexionar sobre un cambio de estrategia respecto al modo en que he jugado al juego que más en serio me he tomado en mi vida. Juego que podría identificar con el proyecto moderno de emancipación social, interpretado mayoritariamente desde una posición cercana al anarquismo. El plan sigue siendo el mismo: superar las alienaciones, irracionalidades e injustas que florecieron con el surgimiento histórico del capitalismo. Y construir en su lugar una sociedad lo más liberadora posible, que haga de una vida buena una opción al alcance de todos. Pero siento que la estrategia anarquista ya no resulta convincente para esta tarea. Y me parece importante exponerlo públicamente.

Las composteras de Gengis Kan
Este texto de 2015, publicado recientemente en el libro No sabíamos lo que hacíamos. Lecturas de una educación situada, que ha editado por el Centro de Arte 2 de Mayo, puede tener algún interés para ciertas discusiones actuales. En esta marcha acelerada hacia el colapso civilizatorio, ¿cómo lograr poner en hora el reloj de nuestras cosmovisiones, partiendo del sentido común popular realmente implantado y no de un ejercicio intelectual de ingeniería ecosocial? En el Huerto en la Terraza del CA2M, el Instituto de Transición Rompe el Círculo hemos encontrado algunas pistas. Las comparto en este texto que también me sirve para recoger intuiciones sobre qué puede significar el viejo proyecto de superar el arte y realizar la poesía en la vida cotidiana en un tiempo que llega tarde a su propia salvación revolucionaria.
Las composteras de Gengis Kan: sobre el huerto en la terraza del CA2M, su sentido y perspectivas

Cuatro décadas perdidas
Cuatro décadas perdidas.
Los límites del crecimiento, la crisis socioecológica y sus escenarios de futuro.
Artículo publicado originalmente en el número 425 de Revista de Occidente (págs. 49-76)
El género de la historia contrafactual ha tomado el siglo XX como un laboratorio privilegiado de experimentación científica y literaria. Sin embargo, y hasta hoy, estas especulaciones visionarias han prestado poca atención a un arco temporal muy convulso en el que se vivió una disputa que hoy se revela de enorme trascendencia: la desestabilización sistémica que precedió a la contraofensiva neoliberal de los años setenta. Tras el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, si la humanidad se jugó su futuro en algún momento, quizá lo hizo en ese intenso lustro comprendido entre 1968 y 1973 (mayo del 68, fin del patrón dólar-oro, crisis energética de 1973, golpe militar de Pinochet y ensayo general del neoliberalismo en la probeta nacional chilena).
En medio de la vorágine de aquellos años, en 1972, tuvo lugar la publicación de uno de los libros más importantes del siglo: el informe Los Límites del Crecimiento, que el Club de Roma encargó al MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), y que tenía por autores a Dennis y Donnela Meadows y Jørgen Randers. Un libro que llegaba en el momento oportuno, y en cuya recepción la humanidad iba a tener uno de sus exámenes evolutivos más determinantes. Y es que en 1972 existía todavía un amplio margen ecosistémico para haber realizado una transición ordenada a sociedades industriales sostenibles. Ese margen lo hemos dilapidado tras más de cuatro décadas de neoliberalismo. Un desenlace político de la encrucijada de los años setenta en sentido inverso (profundizando en las lógicas de socialización económica que tanteó el keynesianismo) no hubiera asegurado, por sí solo, una mejor recepción de este informe. Sin embargo, dado que en Los límites del Crecimiento se planteaba un alto grado de intervencionismo económico planificado como un prerrequisito de sostenibilidad, una salida de la crisis de los setenta virada a la izquierda hubiera facilitado un clima de época más propicio. Al menos, hoy existirían las herramientas de política económica necesarias para la transformación ecosocial, aunque siguiéramos padeciendo un grave déficit respecto a las condiciones ideológicas y culturales que deben envolver dichas reformas. (más…)

Móstoles: un tigre sin dientes o unos dientes sueltos a los que les falta un tigre
Se reproduce a continuación un texto escrito en el 2013, y publicado originalmente en la revista Salamandra # 21-22. El texto nació a raíz de una encuesta sobre el imaginario del barrio realizada en Móstoles, en el marco de una investigación surrealista que nos ofreciera alguna pista para proseguir con la labor del viejo topo. Se añaden algunas fotografías extra que no pudieron aparecer en la versión en papel por falta de espacio.

ÚLTIMA LLAMADA -MANIFIESTO-
Un grupo de científicos y activistas (ecologistas, decrecentistas, divulgadores del pico del petróleo…), gravemente preocupados por el hecho de que las cuestiones ecológico-sociales (y en especial el choque de las sociedades industriales contra los límites biofísicos del planeta) están ausentes de la mayor parte de los debates en la reconfiguración actual de las diversas familias de la izquierda, y ausentes de las preocupaciones generales de una sociedad cada vez más entrampada en la crisis económica, el desempleo y los recortes sociales, lanzamos un grito de alerta en forma de manifiesto.
El manifiesto Última llamada se da a conocer el 7 de julio de 2014 por medio de algunos medios de comunicación e Internet, contando con el respaldo de más de 240 firmas el día de su publicación. Confiamos que este primer paso, sin duda minúsculo, sirva no solo para abrir sino también para consolidar uno de los debates públicos más urgentes que tenemos pendientes como sociedad. A la vez, y a título personal, espero sin demasiada ilusión (pues cualquiera que sepa como funciona la creación de opinión pública en el capitalismo espectacular no puede sino ser muy precavido con este tipo de movimientos) que la adhesión al manifiesto de personalidades de cierto peso político y mediático en el ámbito de las izquierdas se traduzca realmente en un abordaje serio y sistemático de la cuestión socio-ecológica, y del colapso en marcha, como el tema central de nuestro tiempo y la prioridad de la reflexión anticapitalista. Y que así las distintas familias de las izquierdas logren ir más allá de los habituales brindis al sol de la sostenibilidad a los que han sido tan asiduos aquellos y aquellas que persisten, por desgracia, en la ceguera de categorizar la quiebra socio-ecológica como un problema entre otros muchos.
Emilio Santiago Muiño, 7 de Julio 2014.
ÚLTIMA LLAMADA
Esto es más que una crisis económica y de régimen: es una crisis de civilización
Manifiesto
Los ciudadanos y ciudadanas europeos, en su gran mayoría, asumen la idea de que la sociedad de consumo actual puede “mejorar” hacia el futuro (y que debería hacerlo). Mientras tanto, buena parte de los habitantes del planeta esperan ir acercándose a nuestros niveles de bienestar material. Sin embargo, el nivel de producción y consumo se ha conseguido a costa de agotar los recursos naturales y energéticos, y romper los equilibrios ecológicos de la Tierra.
Nada de esto es nuevo. Las investigadoras y los científicos más lúcidos llevan dándonos fundadas señales de alarma desde principios de los años setenta del siglo XX: de proseguir con las tendencias de crecimiento vigentes (económico, demográfico, en el uso de recursos, generación de contaminantes e incremento de desigualdades) el resultado más probable para el siglo XXI es un colapso civilizatorio.
Hoy se acumulan las noticias que indican que la vía del crecimiento es ya un genocidio a cámara lenta. El declive en la disponibilidad de energía barata, los escenarios catastróficos del cambio climático y las tensiones geopolíticas por los recursos muestran que las tendencias de progreso del pasado se están quebrando.
Frente a este desafío no bastan los mantras cosméticos del desarrollo sostenible, ni la mera apuesta por tecnologías ecoeficientes, ni una supuesta “economía verde” que encubre la mercantilización generalizada de bienes naturales y servicios ecosistémicos. Las soluciones tecnológicas, tanto a la crisis ambiental como al declive energético, son insuficientes. Además, la crisis ecológica no es un tema parcial sino que determina todos los aspectos de la sociedad: alimentación, transporte, industria, urbanización, conflictos bélicos… Se trata, en definitiva, de la base de nuestra economía y de nuestras vidas.
Estamos atrapados en la dinámica perversa de una civilización que si no crece no funciona, y si crece destruye las bases naturales que la hacen posible. Nuestra cultura, tecnólatra y mercadólatra, olvida que somos, de raíz, dependientes de los ecosistemas e interdependientes.
La sociedad productivista y consumista no puede ser sustentada por el planeta. Necesitamos construir una nueva civilización capaz de asegurar una vida digna a una enorme población humana (hoy más de 7.200 millones), aún creciente, que habita un mundo de recursos menguantes. Para ello van a ser necesarios cambios radicales en los modos de vida, las formas de producción, el diseño de las ciudades y la organización territorial: y sobre todo en los valores que guían todo lo anterior. Necesitamos una sociedad que tenga como objetivo recuperar el equilibrio con la biosfera, y utilice la investigación, la tecnología, la cultura, la economía y la política para avanzar hacia ese fin. Necesitaremos para ello toda la imaginación política, generosidad moral y creatividad técnica que logremos desplegar.
Pero esta Gran Transformación se topa con dos obstáculos titánicos: la inercia del modo de vida capitalista y los intereses de los grupos privilegiados. Para evitar el caos y la barbarie hacia donde hoy estamos dirigiéndonos, necesitamos una ruptura política profunda con la hegemonía vigente, y una economía que tenga como fin la satisfacción de necesidades sociales dentro de los límites que impone la biosfera, y no el incremento del beneficio privado.
Por suerte, cada vez más gente está reaccionando ante los intentos de las elites de hacerles pagar los platos rotos. Hoy, en el Estado español, el despertar de dignidad y democracia que supuso el 15M (desde la primavera de 2011) está gestando un proceso constituyente que abre posibilidades para otras formas de organización social.
Sin embargo, es fundamental que los proyectos alternativos tomen conciencia de las implicaciones que suponen los límites del crecimiento y diseñen propuestas de cambio mucho más audaces. La crisis de régimen y la crisis económica sólo se podrán superar si al mismo tiempo se supera la crisis ecológica. En este sentido, no bastan políticas que vuelvan a las recetas del capitalismo keynesiano. Estas políticas nos llevaron, en los decenios que siguieron a la segunda guerra mundial, a un ciclo de expansión que nos colocó en el umbral de los límites del planeta. Un nuevo ciclo de expansión es inviable: no hay base material, ni espacio ecológico y recursos naturales que pudieran sustentarlo.
El siglo XXI será el siglo más decisivo de la historia de la humanidad. Supondrá una gran prueba para todas las culturas y sociedades, y para la especie en su conjunto. Una prueba donde se dirimirá nuestra continuidad en la Tierra y la posibilidad de llamar “humana” a la vida que seamos capaces de organizar después. Tenemos ante nosotros el reto de una transformación de calibre análogo al de grandes acontecimientos históricos como la revolución neolítica o la revolución industrial.
Atención: la ventana de oportunidad se está cerrando. Es cierto que hay muchos movimientos de resistencia alrededor del mundo en pro de la justicia ambiental (la organización Global Witness ha registrado casi mil ambientalistas muertos sólo en los últimos diez años, en sus luchas contra proyectos mineros o petroleros, defendiendo sus tierras y sus aguas). Pero a lo sumo tenemos un lustro para asentar un debate amplio y transversal sobre los límites del crecimiento, y para construir democráticamente alternativas ecológicas y energéticas que sean a la vez rigurosas y viables. Deberíamos ser capaces de ganar grandes mayorías para un cambio de modelo económico, energético, social y cultural. Además de combatir las injusticias originadas por el ejercicio de la dominación y la acumulación de riqueza, hablamos de un modelo que asuma la realidad, haga las paces con la naturaleza y posibilite la vida buena dentro de los límites ecológicos de la Tierra.
Una civilización se acaba y hemos de construir otra nueva. Las consecuencias de no hacer nada –o hacer demasiado poco– nos llevan directamente al colapso social, económico y ecológico. Pero si empezamos hoy, todavía podemos ser las y los protagonistas de una sociedad solidaria, democrática y en paz con el planeta.
En diversos lugares de la Península Ibérica, Baleares y Canarias, y en el verano de 2014
Web de difusión del manifiesto: http://www.ultimallamada.org/?lang=es
Firmantes iniciales: (más…)